ALBERTO MENDOZA MORALES
Ser académico es condición que caracteriza a las personas serias y estudiosas, seres cultivados, que buscan la verdad en la teoría y en la práctica. Con ello se enaltecen. La calidad del académico se advierte en la concepción que lo orienta, el conocimiento que posee, la acción que realiza. Un académico debe garantizar la conexión humana
El académico se forma en el estudio, en la reflexión, en la actividad de su profesión. Su presencia en la vida pública es significativa. Donde llega, se hace evidente como persona que ha recorrido camino con estudio, disciplina y trabajo en busca de certezas. El académico, notable en sus ideas, ejemplo de vida y bonhomía, está alejado del engaño, la mentira y la tergiversación, es prudente, contrario a la ordinariez de lo común, ajeno a la mala fe, desligado de lo que signifique infringir daño a otros. Desde ahí hace escuela.
El académico se vincula al progreso cultural y moral de sus conciudadanos, trasmite sapiencia, enseña con el ejemplo, influye en la sociedad por simple presencia. Desde Grecia, donde aparece, hasta hoy, se destaca como persona espiritualmente recta, intelectual limpio, rico en conquistas que se derivan de su honradez y prestancia basadas en el conocimiento. El académico representa a quienes, por dedicación, estudio y reflexión, son aceptados por sus contemporáneos como ciudadanos de excepción, dignos de respeto y consideración.
El académico se reconoce por la experiencia que posee, por su comportamiento ético, por la importancia de sus aportes, por el valor de su producción intelectual, sobre todo por su conducta ejemplar. Es luz y paradigma dentro de su sociedad donde se muestra virtuoso, correcto, culto, estudioso, constructivo.
En el académico se advierte la persona modelo, alejada de la mentira, la insidia y la mala fe. Se precia como persona de selección, producto de una vida limpia dedicada a construir, a avanzar, a aportar conocimiento y claridad a la comunidad. Se le identifica por sus ideas, su llaneza, su generosidad, su lealtad, sus propuestas ceñidas a la verdad. El académico constituye respuesta a lo que requiere una nación en lo que se refiere a: conocimiento, dignidad, lealtad, bondad, comprensión. El mundo, Colombia, necesitan una fuerza constituida por auténticos académicos, personas que se levanten contra las gentes insidiosas, mal intencionadas, de baja condición moral y espiritual. Erradicar el mal es un deber que nos concierne.