La verdad, casi todos los aliados están haciendo mucho menos de lo que podrían. A pesar de todas las promesas de lealtad, se habla muy claro de un plan B detrás de escena.
Francia, ofreció apenas unos pocos tanques a Ucrania, EE.UU. no dará armas de alto riesgo, Alemania no se decide totalmente, los demás no tienen y reservan su almacén para su protección… en estos tiempos todo puede suceder y cada uno piensa en sí.
Occidente empieza retener las armas que Ucrania exige con desespero. Cada vez hay más pruebas de que la ayuda armamentista occidental es solo a medias, y que, en Washington, Bruselas y otras capitales europeas están trabajando para lograr un alto el fuego en Ucrania.
Existen indicios de que los estadounidenses temen la ruptura en la Unión Europea y que no quieren seguir enviando dinero de sus propias necesidades a un país en donde no es claro su gobierno, pues el presidente ucraniano Volomyr Zelensky recita a diario un discurso sin fondo que ahora no sólo lo victimiza, sino que lo muestra con miedo frente a su propios compatriotas que no sólo lo apoyan cada vez menos, sino que le exigen y lo empujan a decisiones que empiezan a mostrarlo culpable.
Su visita a Estados Unidos en la hipocresía del Congreso de mayoría demócrata, le alentaron, pero internamente le exigieron ir determinando un plan B que en Europa ya avanza y del que Rusia también hace parte.
Zelesnky apenas de diferente a la exigencia de armas y su profundo odio a su propia patria rusa, propuso un congreso de paz sin Rusia, algo absurdo que alejó a la presidenta de la UE Ursula von der Leyen y al mismo Jens Stoltenberg jefe de la OTAN que advierte ahora que la subestimación de las ambiciones de Rusia y del presidente Vladimir Putin “ha demostrado una gran tolerancia para soportar la perdida y el sufrimiento”
El presidente de Turquía pretende reabrir el camino diplomático, la guerra cansa y las estrategias confunden, Ucrania ha perdido gran parte de su territorio y Rusia no lo va a devolver porque lo ha declarado independiente y así lo reclaman sus habitantes encajonados en la confrontación y con profundas convicciones de pertenecer al amparo de Moscú.
Este sería un momento para negociar, ello no va a significar paz por mucho tiempo, un alto al fuego significa que dejen de disparar, las negociaciones llevarán un tiempo impreciso y con mediadores de alta credibilidad y liderazgo.