Pasó y pasará si los directivos siguen siendo los mismos
laprensa7dias.com
La salida del técnico Carlos Quiroz muestra una vez más la debilidad de nuestro fútbol, una Federación que arrastra descredito por sus alianzas que la sumerge en corrupción, el triste final de sus directivos en la cárcel e investigados y acusándose entre sí, jugadores “agrandados” y sin disciplina, una afición llevada al odio por sectores de la prensa que tiene la misión de destruirlo todo y una pasión que no se ha sabido encausar más allá del momento de éxito alcanzado.
Puede venir el que quieran, ello no va a ser la solución, es probable que termine siendo una victima más de un inmanejable deporte que refleja su condición de pobreza en todos los torneos locales, en su participación internacional de copas de clubes y en un seleccionado masculino de mayores que llegó a ubicarse en FIFA segundo en el mundo y hoy es 15, en caída libre que pretenden desde la federación superar con paños de agua tibia.
Muchos perdieron por más y, por encima de cualquier resultado está un proceso y la seriedad de aceptar que en él se aceptan triunfos y derrotas, pero ante todo se defiende el respeto por la persona, el conocimiento y la formación social que a través de las pasiones bien encausadas se van a alcanzar.
Finalmente, la selección Colombia de fútbol es la única institución que cohesiona de manera mayoritaria a este país, habrá que entender que como sociedad actuamos en su consideración con la misma pasión que despierta en medio de inciertas conductas que pareciera se hacen muy normales y como consecuencia de liderazgos oscuros generalmente traídos de los vicios que se reconocen en la vida política.
Habrá algún técnico que con condiciones va a llegar tras un buen contrato, pero con la honestidad de un escenario poco probo y su exigencia como la del Míster que se va, debe volver por la exigencia de autonomía y respeto a su proceso y decisiones. Volver al pasado es aceptar que la dirigencia ejecutiva intervenga en la deportiva y que la prensa presione a su antojo e interés y los jugadores se extremen si cómo las estrellas -algunos- que puedan ser y otros que se aterricen a su condición de ser favorecidos en medio de miles con sus condiciones y en aprovechamiento de su suerte. No siempre han sido llamados a la selección los mejores.
Finalmente, no podemos compararnos con países que cultural y socialmente tiene visiones más aproximadas a el ideal social, pero quien asuma la dirección ha de ser una persona de conducta intachable, con gran formación humana y técnica con condiciones de liderazgo y conocimiento y autonomía, respeto, tolerancia, pero ante todo honesto y al margen de escándalos extradeportivos.