CYNTHIA POEN-STAM
En secreto, siempre me parezco un poco a los días de Navidad. Porque hay una cierta expectativa que me hace rebelde. Cada emoción siempre se siente más grande, más pesada e intensa.
Si tuviera que elegir, me los saltaría, esos dos días. Todo el sentimiento, la emoción y la falta, muchas cosas exageradas y salpicaduras adicionales de todo, no soy un fanático. Cualquier alma en problemas recibe un poco de sal extra en sus heridas. Además de ser hermosos, esos días también suelen ser dolorosos.
La fase preparatoria, hacia la Navidad, me encanta de nuevo. Decorar delicadamente nuestro palacio y ver todas las luces por todas partes es simplemente maravilloso. Doblo aleatoriamente a la izquierda y a la derecha cuando camino, y en el camino me sorprende gratamente todo el centelleo. Todo el ambiente exterior es muy agradable. Películas navideñas, el período previo al Top 2000, la mayoría de las canciones navideñas (si no tengo que escucharlas con demasiada frecuencia), coronas y velas navideñas y cualquier cosa con canela o limón, me sumerjo en ellas.
Limpiando mucho más
Sin embargo, resultaron ser bastante acogedores esos días, con los más pequeños viniendo para quedarse y desayunando de Navidad con nosotros. En Navidad tomamos una taza de café con mamá y papá, aunque fue un poco escaso con esa pequeña pareja. Los nietos decidieron visitar a los abuelos por etapas alrededor de la Navidad, solo compartimos la diversión. Por la noche cenamos con nuestra hermosa familia, con un miembro extra este año. Tal felicidad es increíblemente preciosa.
Sin embargo, esta mañana cortamos con entusiasmo nuestro hermoso árbol de Navidad en pedazos. Se siente como limpiar mucho más que ese árbol. Debido al largo período previo a la Navidad y todo lo que se le atribuye, habría sido agradable de nuevo, nos dijimos. Algunas luces sobrevivieron a mi rabia de limpieza, durante unos días más nos mantendremos abrigados y cómodos.
A ese último día del año, porque se siente maravillosamente diferente a la Navidad. Se trata de mirar hacia adelante, celebrar lo que es y soñar con anticipación a lo que vendrá. Bienvenidos a un nuevo año lleno de esperanza. No hay falsos sentimientos, sino sueños, feroces y brillantes. Ese año yace en blanco ante nosotros como una página en blanco, lista para ser coloreada. ¡Mis lápices de colores están listos!