El presidente ruso Vladimir Putin se enfrenta al desafío de demostrar fortaleza tanto en la política interior como en la exterior / probablemente reaccionará retomando el territorio actualmente ocupado por Ucrania es una máxima prioridad. Debe ser inmediato, el factor tiempo consolida su posición, una reconquista prolongada podría complicar su situación política interna.
Putin deberá restablecer la frontera estatal y mantener su autoridad. Ello implica con probabilidad que intensificará los bombardeos en toda Ucrania. Pero serán los objetivos bombardeos civiles la táctica para demostrar fuerza y castigar.
La política exterior sigue complicada para Putin. Ahora pereciera que Rusia es vulnerable, será cortejado por aquellos que quieren algo de él, y su condición de paria internacional permanecerá sin cambios.
La política interna no ve ninguna amenaza inmediata a la posición de Putin. La población rusa no va a dudar de la posición de su líder.
Pero la responsabilidad se traslada a quien no pudo cumplir su tarea. Los castigos será el retiro y la nueva opción para ansiosos profesionales que quieren mostrarse al mundo.
Rusia está furiosa, su supuesta debilidad económica no niega que Rusia sigue siendo un gigante político. Sus poderosos aliados le permiten desafiar las sanciones occidentales y perseguir sus ambiciones militares.
Rusia ciertamente no es la potencia más importante del siglo XXI, pero sí la más compleja con diferencia. Y no es que Rusia sea diferente o este enferma y Occidente normal, es sólo un autoengaño.