Los bosques son las nuevas aulas en Dinamarca

Tras el duro confinamiento abrieron colegios y escuelas con una directriz muy clara: las clases debían ser al aire libre el máximo tiempo posible

Dos niñas de primer grado de la escuela Langelinie recogen tomates cherry en el invernadero de la escuela.

En lugar de atender desde sus sillas, mirando hacia la pizarra durante las clases de matemáticas, los alumnos de Dinamarca, pasean por los bosques. Hoy, los niños y niñas de la clase de tercer grado aprenderán a medir en gramos y en miligramos el peso de las piedras, las hojas, las ramas y de todo lo que los rodea.

Ahora una quinta parte de las escuelas públicas del país han incorporado las clases al aire libre en el currículo académico, dando al menos dos sesiones a la semana. No hace falta que sea en un bosque. También se puede en la playa, en los parques, en los lagos, o en los jardines más próximos.

“Se trata de aprovechar el entorno de la escuela, pero sobre todo que las clases tengan sentido”,

“Las Matemáticas son un lenguaje para describir la realidad, por eso nos gusta salir afuera y conocerlo de primera mano”,

“Para los profesores a veces puede parecer difícil dar la clase en el exterior, ya que no se puede controlar todo lo que pasa”

“Es un error pensar que solo con la clase al exterior ya es suficiente, se tiene que trabajar tanto dentro como afuera”

dice Holm,  la responsable de un  centro, con método pedagógico en que profesores y alumnos trasladan regularmente la enseñanza en espacios naturales durante todo el año.

Tan solo hace falta pasar 120 minutos semanales en espacios verdes para que el cuerpo note los beneficios, según un estudio publicado por el Consejo Europeo para el Medio Ambiente y la Salud Humana junto con la Universidad de Exeter (Reino Unido). El estudio, realizado a 20.000 personas, demuestra que el contacto con la naturaleza hace reducir la presión arterial y las hormonas del estrés, calma el sistema nervioso y refuerza el sistema inmunológico, además de ayudar a reducir la ansiedad y a aumentar la autoestima, también en niños y en adolescentes.

 La Organización Mundial de la Salud (OMS) así como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura incluyen las actividades en el exterior entre sus medidas recomendadas para prevenir y controlar los contagios en los colegios.

 “Sin tener un bosque o un lago cerca para hacer las clases en la escuela necesitábamos crear un espacio natural para los alumnos”

“al final adaptamos un antiguo patio trasero para recrear una granja en plena ciudad”

“En la granja es fácil ver y entender el valor de la ecología y de la sostenibilidad, además los alumnos aprenden a valorar y a preservar su entorno natural más próximo”.

 “Los padres ya lo saben”, concluye la profesora. «Si los niños llegan a casa llenos de barro hasta las rodillas, quiere decir que han pasado un gran día en la escuela”.

CON INFORMACION:eldiario.es

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