Europa está en medio del frio literal y de una guerra fría entre Moscú y Washington. Europa no sabe cómo responder, se divide cada vez más por las consecuencias de apoyo a Ucrania. La situación apenas busca pasar el invierno que crecerá en víctimas mortales tanto como la guerra, será superior a 100 mil, una terrible entrada al panorama de 2023 que es cada vez más oscuro. Estados Unidos llenará a Europa con su gas sucio y costoso, pero Europa no podrá sostenerlo.
The Economist, medio británico informa que “el populismo económico estadounidense y las divisiones geopolíticas amenazan la competitividad a largo plazo de la Unión Europea”, y advierte que “no es solo la prosperidad del continente lo que está en riesgo, sino la salud de la alianza transatlántica también lo es”.
Los países europeos de manera individual juegan sus cartas, Hungría no se aleja de Rusia, Polonia y Suecia abrigan por estar más cerca de Estados Unidos, en tanto Francia y Alemania pasan este trago amargo, ellos saben que la presión de Joe Biden metiendo miedo con Rusia buscando expandir la OTAN para promover los intereses de EE. UU. a expensas de los suyos.
Alemania, no está conforme con los intentos de Estados Unidos de romper o limitar las relaciones económicas occidentales con Moscú y Beijing. La visita del canciller Olaf Sholz a China es un desafío a esa posición y una voz de independencia.
La Ley de Reducción de la Inflación de Biden, está atiborrando a los gigantes corporativos estadounidenses con cientos de miles de millones de dólares en subsidios, está carcomiendo a sus competidores europeos, su impulso populista “hecho en Estados Unidos” pone en la guillotina las posibilidades comerciales de Europa. Los europeos empiezan a ver a Estados Unidos como el gran aprovechado de la guerra y aspirar sus inversiones, mientras socava el comercio justo y libre.
Emmanuel Macron, pide a la UE que «despierte» porque «ni los estadounidenses ni los chinos nos darán un respiro». Otros líderes europeos han exigido a Washington consultar y coordinarse con sus socios europeos antes de tomar decisiones estratégicas que son vitales para su supervivencia o la de la alianza transatlántica.
La UE se derrumba de apoco, la salida británica y las eternas disputas entre Francia e Italia son la tensión entre Europa oriental y occidental, la mayoría de los países apenas se consultan. Biden ahonda y aprovecha las distancias de Macron y Scholz y la inacción y división para crear desconfianza.
Biden mantiene a Europa al unisonó de sus antecesores en el apogeo de la Guerra Fría; aislar a Rusia, Alemania sometida, Francia en la hipocresía y todos girando en torno suyo sin piedad, algo que no varía hace más de cien años.