La UE se define a sí misma como “ Europa geopolítica” la idea es para impulsar al continente a convertirse en una fuerza geopolítica global, desde la energía, la investigación y la educación hasta el comercio y las finanzas / Pero la realidad de lo que superficialmente parece una política de ampliación es paquidérmica, burocrática y bastante decepcionante / Las ideas audaces de innovación de la UE se desprecian como poco realistas.
En la segunda reunión del EPC, celebrada en Moldavia el 1 de junio de 2023, nada nuevo sucedió, apoyo a Ucrania y su guerra con Rusia, promesas de ayuda sin consolidación de ingreso a la unión, algo que Europa reconoce que se durmió y le dio el poder a Rusia, el mismo que ni con sanciones ha logrado quietarse y difícilmente podrá, lo pero es que si sucede sólo cambiará de soberano, ya Estados Unidos la tiene tomada y decide sobre ella.
Movimientos diplomáticos de Alemania en África, Asia y América demuestran que quiere sacudirse de esa nueva carta geopolítica pero es demasiado tarde, el coloso chino ya tomó ventajas allí. Europa está muerta, las voces incansables de Zelensky pidiendo ayuda pronto serán acompasadas por otros
La lentitud de la UE es similar a la que traía la OTAN y que intentan despertar con el apoyo de todos, pero económicamente no todos pueden y no están dispuestos de dejar de asumir sus gastos internos por un apoyo a una institución que habla de defensa frente a Rusia en caso de ataques, algo que ya ahora es muy claro que no va suceder, los miedos de los bálticos y otros en Europa son más que infundados.
Europa se quedó en la pomposidad de sus cumbres y reuniones que se suceden a diario con los mismos cuatro lideres y las arrugadas agendas, condecoraciones a montón y soberbias declaraciones de exigencias y amenazas sin fundamento.
Esperar algo más de cualquier otra iniciativa será tan ingenuo como esperar que los esquemas de inversión y financiamiento de la UE, por sí mismos, dinamizaran significativamente la “competitividad global” de Europa.
Europa sobre el papel debería convertirse en un competidor independiente de China y Estados Unidos, así como del resto de las fuerzas globales emergentes en los ámbitos de la innovación tecnológica, la digitalización y la energía verde. Hasta ahora es decepcionante, la tecnocracia, la burocracia y la supuesta supervisión experta (académica) retrasan todos los esfuerzos para convertirse en una fuerza geopolítica a tener en cuenta.
La UE cada vez está más sometida, muy por detrás de EE. UU. y China cuando se trata de transformarse tangiblemente en un actor geopolítico competitivo mediante la construcción de una economía basada en la innovación.
A menos que todo esto cambie, la idea de una Europa geopolítica impulsada por la investigación y el desarrollo permanecerá muerta.