El respeto a la libertad debe aliviar el sufrimiento de lo público
ERNESTO CABRERA TEJADA
laprensa7dias.com
En sociedades abiertas, los individuos ejercemos derechos con menos barreras, pensamos, opinamos y escribimos en libertad.
La fuerza de los “mass” media constituye otra parte de esa libertad periodística, generalmente cercenada cuando se pone en contra de los ideales e intereses del entorno político y económico de estos.
Desligarse de los medios aproxima a esa libertad con que se debe escribir con imparcialidad y cohesión para construir en lo público.
Esa libertad implica responsabilidad por lo público. Responsabilidad que pierden ciertos opinadores a conciencia. Es tan notable escucharlos y saber que no escriben, pagan para ello y, son libres de hacerlo, incluso provocando el irrespeto y el dolor en lo público.
Sostiene Andrés Hoyos, que “un buen escritor es un cirujano plástico audaz, no un carnicero” yo agrego, tampoco un impostor. Vanagloriarse con las palabras escritas por el pensamiento ajeno es indigno y no tiene que ver con la libertad.
La controversia suscitada por las determinaciones administrativas en la revista Semana, no debe afectar ni a los periodistas que se van ni a los que se quedan, ni al periodismo en sí. Tampoco va a suceder con sus lectores que en libertad podrán decidir si se quedan o se van
Veremos el surgimiento de otros talentos periodístico, como los nuevos directivos de la empresa en la necesidad de responder a posiciones más rentables en términos económicos y políticos, es también su libertad, su derecho y su oportunidad. Oportunidad que hoy la internet con su inigualable velocidad y tráfico gobiernan el mercado, provoca mayores ingresos comerciales por la venta de datos que publicitarios. Es la innegable transformación económica empresarial que desde la inteligencia artificial encuentra sus mejores réditos
Igual va a suceder con los periodistas salidos, van a recabar otros medios y ojalá nuevos con formatos modernos y de mayor contenido, profundidad y trascendencia a las trasformaciones urgidas por la sociedad. La apertura a la democracia informativa está en manos de ese periodismo nacional que aboga la ausencia del interés politiquero, tan de fácil detección en la prensa regional.
Las posiciones ideológicas y políticas de quienes opinamos y escribimos está abierta en libertad y conocimiento y, ello no es malo, lo malo es que algunos crean que es también una necesaria postura moral de superioridad pedir a otros opinadores escritores que no las tengan.
Las disrupciones propias de la evolución obligan una trasformación de comportamientos. Como empresarios del marketing, las comunicaciones, la experiencia y cultura de servicio y, el periodismo, lo queremos entender cada día más y con ello cese el dolor que provoca el irrespeto y el dolor a lo público que es lo social.