Lo importante es comprender que las herramientas se deben adaptar a cada persona
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Las clases comenzaron, ya tenemos el espacio adecuado. Entendimos como padres cómo apoyarlos y cómo motivarlos, ya están encaminados con sus rutinas escolares. Pero nos falta un punto importante, qué herramientas usar para que realmente aprendan y no se quede en que hizo un trabajo y olvidó el contenido; en el caso de los más grandes o lo que están en la universidad se preparen para las evaluaciones.
Registra lo importante. No importa cuánto has leído o si estás empezando a descubrir un área apasionante, siempre lleva registro de lo que haces. En el caso de los pequeños es la idea principal, pero seguramente los detalles son los que más recordarán.
En este punto es recomendable tomar apuntes a mano. Hay un estudio de la Universidad de Harvard que señala que así se graba más la información.
En el caso de los más grandes, si eres muy digital usa la app Evernote, que te permite tener en un solo lugar todas las notas de lo que quieras recopilar. Esto te facilitará acceder a una memoria escrita de tus hallazgos, a la que puedes volver cuando quieras.
Lee pensando y cuestionando. No creas todo lo que lees. Piensa que todo lo escrito y dicho en el mundo nace de una persona y, por lo tanto, es subjetivo, es decir, está mediado por las opiniones, ideas, cultura, origen y contexto de la persona que lo dice.
Entonces si los niños son pequeños, es importante hacerles preguntas que los ayuden a hacer un análisis sencillo. Mientras son más independientes pueden profundizar si también piensas igual o si tienes ideas alternativas.
Crea cadenas de ideas. ¿Sabías que la información, cuando se conecta con otra que ya tienes en tu mente, tiene muchas más posibilidades de quedarse en tu memoria? Cuando se preparan para un examen y solo tienen datos sueltos de las cosas, es muy probable que se les olvide todo, pero si logran relacionar nuevas ideas con otras que ya recordaban, podrán tener un panorama más claro y más conciso de la información. La información encadenada se queda.
Busca de inmediato. Si tienen una pregunta, por ejemplo, sobre el significado de una palabra, cómo funciona un proceso o quién es alguien que está haciendo algo interesante, ve de inmediato a la información y si se requiere anotar.
En el caso de los niños, si hacen alguna pregunta, contesta de inmediato, si no tienes la respuesta es perfecto que digas “no lo sé” y juntos busquen la información. Si puedes hacer que viva la información, será genial.
Según un estudio de la universidad Ken State University, liderado por John Dunlonsky, las técnicas más populares de estudio como los resúmenes, la relectura o el subrayado resultaron ser poco eficaces. Esto no significa que no funcionen, al contrario, ayudan a la retención de conceptos, pero hay otras formas de optimizar al máximo el tiempo de estudio.
Según las investigaciones de Dunlonsky, estas son las cinco principales técnicas por orden de efectividad:
1. Practicar con exámenes
El mejor método de aprendizaje es el de responder preguntas a modo de examen, ya sea a partir de las cuestiones presentadas en los libros de texto, de modelos de examen o de fichas.
Hay aplicaciones que están diseñadas para hacer prácticas de exámenes, mi favorita es Exam countdown, es una de las más completas. Por un lado cuenta con un calendario que les permite llevar una cuenta visual de los días que les quedan para enfrentarse a los exámenes y también llevar un registro de las horas que han dedicado a preparar el temario de cada uno.
2. Distribuir el tiempo de estudio
Muchas veces, los alumnos tienden a estudiar a última hora, aunque lo mejor es saber planificar el tiempo de forma efectiva y distribuirlo en sesiones cortas de estudio a lo largo del trimestre.
Esta técnica se llama Pomodoro. Es realmente usada para organizar el tiempo en el trabajo, pero la realidad es que a mí me funciona mucho más para estudiar.
Cómo funciona esta técnica cuyo precursor es Francesco Cirillo
- Elegir una tarea para completar.
- Ajustar un temporizador a 25 minutos.
- Trabajar en la tarea hasta que pasen los 25 minutos.
- Tomar un pequeño descanso de cinco minutos (esto indica la conclusión de un “pomodoro” ).
- Repetir los pasos del 1 al 4.
- Después de cada cuatro pomodoros, tomar un descanso más extenso, de unos 20 minutos.
Sin embargo, se pueden ajustar a los niños. Podemos hacer pomodoros de 15 minutos con descanso de 5 minutos.
3. Hacerse preguntas
Responder interrogantes de la forma más detallada posible sobre el por qué de las cosas hace que se generen conexiones entre los conceptos ya aprendidos y los nuevos.
4. Autoexplicación
Consiste en que los alumnos se expliquen el temario a ellos mismos con sus propias palabras para fomentar una comprensión adecuada. Esto es perfecto para los más pequeños porque pueden hacerle una exposición a sus padres.
5. Práctica intercalada
Esta última técnica se basa en mezclar distintos ejercicios y materias en una misma sesión de estudio para evitar la monotonía y mantener despierto el cerebro. Es una técnica que recomiendan las universidades. Al principio me pareció que era un desorden, pero de verdad funciona. Y puedes usar cada pomodoro para una materia.
Otros métodos
Método básico
Contempla 5 fases:
- Lectura rápida para hacerte una idea global de las ideas principales.
- Lectura comprensiva y subrayado de las ideas más importantes.
- Resumen o esquema. Se trata de extraer lo más destacable con nuestras propias palabras para así recordarlo más fácilmente. En la mayoría de las ocasiones, la clave es ser capaz de resumir el contenido al máximo, pero sin dejar fuera ningún dato clave.
- Estudio y memorización. Para ello se recomiendan lecturas en voz alta de los resúmenes. Varias lecturas llevarán a la memorización sin demasiada dificultad. Cuando yo necesito aprenderme alguna información suelo recurrir a grabar en un audio en el móvil el resumen y a escucharlo en varias ocasiones.
- Repaso con algún adulto o compañeros. El hecho de “contar” lo aprendido ayuda a interiorizar mejor.
Método ERRE
Exploración, Recepción, Reflexión, Repaso, Evaluación (ERRRE). Es un procedimiento o conjunto de reglas que se aplica para lograr un objetivo que es estudiar, es enseñar a comprender el material para asimilar y repasar un tema en específico.
Exploración. Consiste en realizar un examen preliminar del material o asunto que se va a estudiar a través de:
▪Pre lectura. Leer el texto del tema para darte una idea.
▪Leer con atención.
▪Hojear con rapidez.
▪Captar palabras claves.
▪Observar fotografías.
▪Formularse preguntas o hacer un examen diagnóstico para ver qué tanto conocimiento tienes sobre el tema
Recepción. Consiste en “adquirir”, “captar”, “recibir” información relativa al tema de estudio identificando:
▪Nombres
▪Ideas
▪Problemas
▪Fechas
▪Conceptos
▪Procesos
Se cumplen a través de: leer, escuchar o ver videos
Reflexión. Es poner en acción todas las funciones mentales. Debes de procesar la información captada con un:
▪Analizar
▪Reflexionar sobre el tema
▪Sintetizar
Captar lo más importante del tema, comparar, elegir conceptos que sean precisos, deducir, entender sobre el tema, definir.
Repaso. Consiste en volver al material aprendiendo para recordarlo, ayudándose con la sinopsis, el tema se debe recuperar mentalmente o de forma verbal, es la única forma de combatir la acción del olvido.
Quien no repasa periódicamente irá perdiendo y olvidando progresivamente.
Plan de repasos:
▪Iniciales
▪Estudio rutinario
Evaluación. Es examinar el rendimiento, es decir, autoevaluar para ver si ya sabes bien lo que estás estudiando.
¿Cómo evaluarse?
Exponiendo el tema y estudiando con las propias palabras. Formularse preguntas. Resolviendo cuestionario y contestarte a ti mismo.
Tercer método
El que aplica la Universidad de Harvard. Una de las acciones que me llamó la atención es que los autores dicen que técnicas como el subrayado, destacar con colores fluorescentes y la repetición sin parar son técnicas inútiles y contraproducentes.
Ahora las herramientas que recomiendan son:
1. Saca apuntes a mano
Escribir con lápiz y papel requiere más tiempo pero te obliga a reflexionar sobre lo que haces. Esa primera instancia te ayuda a pensar y visualizar la información; por el contrario a lo que ocurre cuando solo traspasas la información a tu dispositivo electrónico, que no la analizas mientras lo haces.
2. Dedica tiempo a estudiar varias materias a la vez
La clave es organizarse de manera que consigas aprender diferentes asignaturas al mismo tiempo. Los autores aseguran que esta manera de estudiar alternando entre las materias favorece la retención y facilita la comprensión de lo leído. Al principio puede hacerte pensar que estudiaste menos de lo que realmente lo hiciste y te llevarás una grata sorpresa cuando te des cuenta de lo efectivo de este método.
Este es el método que te comente anteriormente, que puedes apoyarte con el pomodoro.
3. Deja pasar tiempo entre tus horas de estudio
No es bueno estudiar de una vez. Para retener lo aprendido, debes dejar pasar un par de horas en tus momentos de estudio para dejar reposar la información y evitar el atracón innecesario. En este punto puedo agregar que la técnica de pomodoro también puede ser útil.
4. No leas las cosas mil veces
No te confundas: pasar horas y horas releyendo un mismo libro de texto no te grabará las líneas en el cerebro. Es mejor dedicar menos tiempo a la lectura y más al recuerdo mental; de esta manera podrás focalizar en la retención y lo recordarás luego.
5. Enfréntate a desafíos
La verdadera manera de aprender es cuando te ves obligado a resolver un problema o responder una pregunta nueva. De este modo facilitarán posteriormente el aprendizaje. Para ello es muy útil estudiar en grupo para realizar mutuamente preguntas para recordar lo aprendido.
Mapas mentales
Si tu hijo es de los que estudia memorizando palabra por palabra, los mapas mentales son la mejor opción
Los mapas mentales los puedes utilizar para:
- Elaborar la síntesis de un texto o de una exposición
- Acceder a la información en forma rápida y efectiva para comunicarla oralmente o por escrito
- Generar alternativas y tomar decisiones al visualizar las interacciones entre diversos puntos en forma gráfica
9 trucos para hacer un mapa mental
1. Usa la hoja de manera horizontal
2. Dibuja una imagen central, que se convierta en el nódulo. Tema central que sea memorable
3. Desde la imagen central irradia hacia el exterior las palabras claves e ideas más importantes
4. Ordena las ideas en el sentido de las agujas del reloj
5. Ideas principales sobre las ramas más gruesas e ideas secundarias en ramas más delgadas
6. Usa líneas curvas
7. Una palabra clave por línea
8. Usa muchos colores, imágenes, códigos y dimensiones que añadan atención, interés e individualidad al mapa
9. Realiza siempre tú mismo tus mapas mentales
Si tus hijos son digitales, MindMeister es una aplicación enfocada en la creación de mapas mentales y conceptuales. Además puedes exportar los mapas fuera de la aplicación en formato JPG o PDF para compartirlos como lo necesites.
Para los niños pequeños
El niño menor de tres años de edad aproximadamente aprenderá realmente con juegos que le abran nuevas sensaciones y se sentirá satisfecho cuando aprenda a realizar las pequeñas tareas que contienen.
1. El oído
La música y los idiomas
Muchas canciones del repertorio tradicional existen en varios idiomas. Es el caso, por ejemplo, de “Brilla, brilla, estrellita”.
Primero, enseña al niño la canción en su propio idioma, poniéndosela muy a menudo. Antes de dormir, por ejemplo.
Cuando se la sepa de memoria, ponla en otro idioma -en nuestro caso, en inglés- invitándole a prestar mucha atención a las palabras. Se sorprenderá y te hará preguntas.
Es el momento de explicarle que hay 6.000 idiomas diferentes en nuestro planeta.
Si le ha interesado el juego, puedes ponerle otras versiones de la canción o de otras en otros idiomas. Si se anima a aprender la versión extranjera, ¡bravo!
2. La vista y el reconocimiento de formas
Hacer un rompecabezas
Busca con el niño una imagen que le guste. Puede ser una postal, una foto… A continuación, dile que fabrique el rompecabezas cortando la imagen con unas tijeras. Según la edad del niño, se corta en 4, 6, 8, 16 trozos en recto o haciendo curvas. Dibuja líneas en el reverso para ayudarle a cortar trozos de tamaño parecido.
Ya tenemos el rompecabezas. El siguiente paso es armarlo para reconstruir la imagen. Cuando sepa hacerlo, se puede cortar cada trozo en dos partes para aumentar la dificultad.
3. El tacto
Aprender a reconocer letras con la punta de los dedos.
Este juego ayuda al niño a identificar las letras por su forma y le prepara al aprendizaje de la escritura. Dibuja unas cuantas letras de unos 5 centímetros sobre papel lija para luego recortarlas.
Empieza con 3 letras, por ejemplo M, A y P. Pasa tu dedo sobre la primera en el sentido que sigues para escribirla y pronuncia su nombre. Dile al niño que repita la acción. Retira la letra y sigue con la segunda y luego la tercera. A continuación, preséntale las 3 letras y pídele que te enseñe una de ellas, por ejemplo la A, tiene que volver a pasar el dedo sobre ella en el sentido de la escritura y nombrarla. Haz el mismo ejercicio con las demás letras.
Si le ha gustado el juego, sigue añadiendo nuevas letras.
4. El gusto
Preparar una comida monotemática
Se trata de que el niño se fije en los ingredientes de los platos y de los sabores que adquieren según su preparación.
Elige uno que le guste, por ejemplo la zanahoria. Prepáralas crudas de primer plato. Pueden ser ralladas y sazonadas con limón, aceite y sal o cortada en palitos y servidas con salsa roquefort. En el segundo plato las zanahorias irán cocidas, en puré o a la plancha. De postre, una torta de zanahoria.
Invítale a probar los diferentes platos y a fijarse en el aspecto, los colores, las texturas, los sabores.
Muchos alimentos se prestan a este juego -arroz, huevo, leche- solo falta encontrar uno que le guste y le interese.
5. El olfato
Hacer un herbario de plantas olorosas es una buena idea.
Como se pudieron dar cuenta se pueden mezclar las diferentes técnicas, para que realmente sea eficiente a la hora de estudiar.
CON INFORMACIÓN: eldiario.com