Tienen el control de casi la mitad del país, imponen la sharía, la ley coránica del siglo XVI sobre los 32 millones de afganos.
Las negociaciones entre EE.UU y los Talibanes dejan como resultado la salida de las tropas extranjeras y el probable retorno al poder de los extremistas religiosos. /nuevoperiodico.com
El gobierno afgano sabe que la salida del último soldado extranjero será la señal que esperan los milicianos talibanes para intentar recuperar terreno y, posiblemente, de hacerse nuevamente con el control del país. También lo saben los ciudadanos del común que trabajaron para las fuerzas de ocupación, desde los traductores hasta el personal de limpieza, quedan absolutamente desprotegidos. La embajada estadounidense en Kabul recibió en las últimas semanas miles de pedidos de visa para refugiados. Se sabe que los talibanes mantienen espías en todos los organismos del gobierno y empresas. Su principal objetivo será el de señalar a los colaboracionistas.
Los talibanes (estudiantes” de las madrazas) desde 2015 se hacen más fuertes y obligaron a Estados Unidos a ir a unas negociaciones de paz que les ha permitido controlar casi la mitad del país y se preparan para retornar al poder. Siguen arraigados en una interpretación extrema de la ley islámica
Las lapidaciones, castigos severos y torturas en publico son comunes, junto al encarcelamiento están muy extendidos por infracciones tan leves como poseer una tarjeta SIM de una compañía de celulares que no sea local. Los asaltos a congregaciones publicas obligan a observar los ajusticiamientos que se suceden a diario y en todo el país.
Las mujeres están casi totalmente ausentes de la vida pública, negándoseles en gran medida la igualdad de acceso a la educación y al empleo. La gente obedece por físico miedo y la necesidad de algún subsidio.
El próximo septiembre será una realidad brutal por el enfrentamiento cultural y la guerra por el poder hoy sostenido por EE.UU. en una franca guerra que se trasforma en la más larga del planeta y ha desencadenado hechos de violencia imparables, 32 millones de personas estarán a merced de las voluntades de la Shaira y el Corán en extremos de la libertad. La confrontación cultural va a ser brutal.
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