Un torneo profesional sin motivaciones, endémico en su estructura, con equipos quebrados, jugadores sin garantías y directivos seriamente cuestionados, eso sí, todos con posibilidades de infectarse de Covid 19.
El mundo del fútbol se mueve, las grandes ligas de Europa entraron en acción pese a casos de coronavirus en algunos jugadores.
Brasil duramente golpeado permitó los juegos y Colombia tendría la posibilidad a mediados de agosto si cumplen con las medidas exigidas en el protocolo que viabillizó el gobierno nacional y que es bastante exigente.
Tanto la Federación como la Dimayor deberán demostrar sus condiciones empresariales y gerenciales desmitificando su falta de condiciones y absorbidos por el mercantilismo que incluso dejará por fuera a quienes no paguen. En resumen «quién va a pagar por ver un torneo incluso sin estructura, sin estadios y sin protocolo, con equipos desmantelados. cada vez crece más la afición por el futbol europeo, por el cual se paga, pero tiene calidad.» se lee en comentarios de aficionados nacionales.
“La gran noticia que les tenemos a todos los colombianos es que reiniciaremos las actividades del fútbol profesional, que deberán ser individuales por el momento”, anunció el ministro del Deporte, Ernesto Lucena.
En Colombia, debido a que en algunas zonas la cifra de contagios continúa siendo alta, la idea es que la Liga Betplay se dispute en una o dos sedes. Las candidatas son Medellín, que cuenta con tres estadios cercanos: El Atanasio Girardot, el Polideportivo de Envigado y el de Rionegro, o el Eje Cafetero, que tiene en contra los largos desplazamientos.
Entre las restricciones, a parte de la ausencia de público, quedó establecido que no se permitirá el ingreso de los medios de comunicación, salvo camarógrafos y periodistas de Win la entidad que se arrogó los derechos en una negociación pasada por el desconocimiento de la afición.
Los equipos con 25 jugadores harán parte de la fase de 28 días de entrenamiento, propuesta de división en grupos de 10 miembros por sesión para desarrollar tres sesiones de entrenamiento y la lista de miembros del cuerpo técnico, médico y de preparación que harán parte del grupo.
El total máximo del grupo de cada club será de 41 personas incluyendo otros miembros de aseo, seguridad, vigilancia, mantenimiento y conductor.
También se debe realizar una capacitación de autocuidado y corresponsabilidad de todo el personal. Adicionalmente, las sedes de entrenamiento determinadas por cada club deben someterse a procesos de limpieza y desinfección.
Cada sede debe instalar, a la entrada del complejo deportivo, una carpa para tomar pruebas rápidas de Covid-19.
Vendrá una segunda fase con prueba de coronavirus de forma obligatoria entre 7 y 10 días antes de iniciar los entrenamientos.
Una vez surtidos estos requisitos, se inicia la fase 3: entrenamientos individuales y diferenciados durante 28 días. En esta, solo participarán 20 jugadores en varios grupos para guardar las distancias de 2 metros entre deportistas. Durante esta etapa deberán continuar con los chequeos para control de salud y limpieza.
Una vez completados los 28 días de trabajo individual y teniendo en cuenta los resultados de los tamizajes, se entra en la fase 4, en la que comienzan los entrenamientos grupales previos a la competencia. Las pruebas rápidas se deben seguir realizando cada 4 o 6 días según avance la pandemia en Colombia.
Por último, la fase 5 contempla el inicio de los partidos a puerta cerrada. Debe haber carpas para exámenes que se tomarán antes y después de los cotejos. Cada persona que ingrese al centro deportivo tendrá que realizarse un test rápido.
Los presidentes de los equipos no logran acordar aún el sistema de juego y crece la posibilidad de retirar a el presidente de la Dimayor Jorge Vélez que ha mostrado su ineptitud e irrespeto.