La tragedia de cocinar sin gas

Radiografía de un drama

Caracas es la ciudad de los contrastes. El entorno cambia al recorrer la metrópoli, la urbe se desvanece y la cantidad de edificios se reduce y dan paso a un cambio drástico en el paisaje. En Palo Verde las residencias de colores tenues se transforman con el tono ladrillo natural de los bloques que forman las fachadas de las casas de la barriada más grande de Venezuela y una de las más grandes de América: Petare.

Las personas saben que hay una pandemia que obliga a la población a extremar sus cuidados, pero la necesidad de subsistir económicamente los lleva a ignorar cualquier medida de bioseguridad. En José Felix Ribas, una de las zonas más grandes de Petare, los días pasan y con ellos los esfuerzos diarios de una población que sortea los embates de una crisis insostenible. Buhoneros, comerciantes y trabajadores, todos salen a las calles para sobrevivir económicamente.

En cada sector la crisis le roba la tranquilidad a los lugareños, el cansancio se deja ver en sus rostros, pero no están dispuestos a quedarse de brazos cruzados. Al recorrer las calles se observan las aceras abarrotadas de bombonas de gas. Los dueños de los cilindros esperan pacientemente, casi que resignados, el momento en que llegue el camión del gas. No saben cuándo llegará ni cuántas bombonas pueden recargar, lo que sí saben es que los días pasan, el gas no llega desde hace tres meses y las personas deben encontrar la manera de cocinar.

Desde lo más alto de Petare, se pudiera respirar un aire fresco dada la altura y la cercanía con el cerro Ávila. Pero no es así, el aire se contamina con el olor fuerte de la leña quemada. Es el precio que los habitantes deben pagar para poder cocinar ante la falta de gas.

Venezuela es el octavo país en el mundo con reservas probadas de gas natural pero atraviesa una escasez de gas sin precedentes.

Alexandra Avaristo carga una enorme olla donde cocina granos y comida que rinde para cerca de 85 niños de la Zona 10. Baja las empinadas escaleras que dan acceso a su hogar y se dirige a un sitio cercano, con edificaciones abandonadas,  y con maleza por doquier. Allí, entre el monte y las paredes semiconstruidas, arma su fogón improvisado. Con una puerta de carro vieja y una lámina de zinc sostenida con dos pedazos de bloques, evita que la brisa apague la llama. Sobre dos bloques coloca una rejilla y debajo de ella toda la leña y trozos de madera que consigue por la calle. Una vez encendido el fogón, se dispone a cocinar la comida que repartirá entre los niños de la zona y su hogar.

Alexandra Avaristo, habitante de la zona 10 ubicada en el barrio José Félix Ribas Ribas cocinando en fogón
Foto: Víctor Salazar / @Vaskdc

Ella cuenta solo con dos bombonas y, cuando tiene gas, le duran entre ocho y quince días. Pero debido al suministro inconstante y escaso del servicio le ha tocado usar leña, como la única manera de cocinar. El gas llega cada tres meses, aproximadamente, y esta escasez suma a la comunidad un problema más ante la falta de servicios públicos.

¿Quién se iba a imaginar que uno iba a estar cocinando a leña, enfermándose sus pulmones? Nadie. A nosotros no nos ayudan en nada”, comenta.

Pdvsa Gas Comunal asegura que actualmente operan en el país 65 plantas de llenado de gas natural del petróleo (GNP), de un total de 91 plantas en el territorio nacional. Se cuenta con una flota de 448 chutos, 325 cisternas y 2.539 camiones para el despacho de bombonas a granel, para una atención de 4.694.673 familias al mes. Sin embargo, la planta de fraccionamiento criogénico Jose, en el estado Anzoátegui, es la única que intenta cubrir la demanda de gas propano del país. Esta planta tiene una capacidad de producción de 220.000 barriles de gas propano diario, pero actualmente produce 15.000.

Actualmente la inversión en la industria no ha sido la prioridad sino que el régimen ha optado por solventar momentáneamente la deficiencias en la distribución con la importación de combustible, sin resolver el problema base. En el caso del gas, se presentan los mismos problemas de fondo (falta de inversión, baja producción, solo una planta activa con poca capacidad de cubrir la demanda nacional). La diferencia radica en que no se ha tomado la decisión de importar gas propano para estabilizar el suministro nacional. Mientras no se tomen acciones para solventar la depreciación en la producción y distribución, con el pasar de los meses, la crisis del gas puede agudizarse a niveles similares o superior que la gasolina.

CON INFORMACION:eldiario.com

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Este texto de El Diario y Cotejo Info fue editado por Irelis Durand, Yazmely Labrador, Javier Cedeño y José Gregorio Silva.
  • El equipo de El Diario en alianza con Cotejo Info realizó un trabajo especial sobre la crisis del gas en Venezuela. Se detallaron datos, cifras de producción, índice de distribución, además de la perspectiva de expertos en la industria petrolera sobre el debacle en el suministro de gas para la población venezolana

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