Argentina alcanzó por fin un campeonato del mundo con más dignidad y menos dudas, un técnico de excelentes condiciones humanas y deportivas, un jugador como Messi lleno de condiciones y merecimientos, significativos jugadores que hicieron equipo y un desalentador y vergonzoso acto de su arquero que agredió al mundo a los niños, a las mujeres incluida su madre y su pareja.
Buenos Aires vibró con la llegada de sus jugadores y con ellos la Copa del Mundo/LP7D/
Pese a el contexto de un penal a su favor por partido y airados comentarios de parciales europeas, El equipo de Leonel Escaloni, construyo el título, merecido premio a la disciplina y un serio trabajo.
Para Messi que sin ser el mejor de la historia es apenas justo y merecido, sus condiciones relucieron con efectividad en su último momento.
Para tipos como «Duby» Damián Maximiliano Martínez, el arquero sin condiciones deportivas diferentes a las de sus colegas, pero si una enorme y grotesca y penosa actuación tras alcanzar el título, sus obscenos actos lo muestran como lo que es «un vulgar y patético patán, bocón y boludo argentino»
Dirán unos esto es futbol, pero el deporte empieza por la pulcritud de sus actores, su talante como humanos y su condición de referentes priman incluso a sus condiciones técnicas y físicas. Maradona nunca pudo ser Pele, apenas obvia las razones.
Messi acorralado por sus necesidades triunfalistas tomo la manija del equipo y lo condujo, y cuándo hubo de salir en su calidad ingeniosa individual lo hizo y se consagro, de paso a sus compañeros con un gran mundial que borra de tajo las dudas del 86 y 78. No alcanza para salvar la fanfarronería y vulgaridad de «Duby» Martínez.
Para los argentinos un bálsamo a su situación económica a su desgracia política y su melancólico recuerdo de un futbol que si bien no es del tamaño de Brasil si luce con importancia involucrando desde los semilleros a miles de futbolistas con gran condición técnico-táctica y física, ojalá se trabaje más por la sensates la sensibilidad y la culminación infame de la chabacanería de algunos como Martínez.