El debate dejó en claro que existe un partido único del sistema estadounidense y sin importar quien gane tendrá que ajustarse a ese régimen. El debate no consiguió llenar las expectativas del público en general, al mundo tampoco le interesó mucho, las percepciones han cambiado tanto que ese mundo sigue en salida del oscurantismo que por años ha sido el útil para mantenerlo aislado… ahora es diferente y el establecimiento lo sabe.
Sea Trump o Harris, el camino está definido y mientras Europa piensan en Trump como más confiable para recuperar lo tomado por Biden. Rusia los descarta a ambos, pero le apunta a seguir la línea de torpezas de este gobierno, la elección de la vicepresidenta es un ejemplo de debilidad política y el manifiesto de entrega y postración al establecimiento.
Sin propuestas atractivas y decisivas el debate destacó en el contexto de imagen un recurso novedoso, Kamala Harris; mujer, negra, joven, sonriente e irónica para opacar su novicio político. Una desafortunada por depender de un gobierno negativo en economía y seguridad mundial. El mundo reconoce que el dólar está en “apuestas permanentes” por su endeudamiento gradual y reconoce también que EE. UU. es el combustible de las guerras en Ucrania y el genocidio de Israel.
Trump hábil y déspota, es como un ventarrón sin mirar su entorno, desconoce y ataca, se enfurece y se sale del guion elevando la fascinación de sus seguidores. Se soporta en las cifras de su anterior gobierno y la crítica al actual.
Harris con un lenguaje corporal bien aprendido dejó sutiles señales de dominación para no perder la conciencia del duelo. Sus gestos y expresiones mantuvieron atentos a la audiencia menos a Trump que apenas respondió al saludo entrante, nunca la volvió a mirar, la desestimo sin compasión. Harris lo soportó, supo lo que venía, su misión anoche era dejar una fuerte impresión y controlar la estructura de poder en el escenario.
Las audiencias en su mayoría son inconscientes en la recepción de este tipo de mensajes, los humanos tenemos tendencia a estar con los más empáticos.
María Zajárova, portavoz del Kremlin, con talante duro y agradable manifestó que el debate fue apenas como una escena en el Titanic con dos boxeadores golpeándose y olvidándose que el ring se les está hundiendo.
Al final creo que Harris salió favorecida por su actuación hollywoodense que por su gestión de hacer cuando sea y no haber hecho cuando esta. Harris atrae con sus sensuales atractivos féminos la expresión de su sonrisa la ceja levantada, atención burlesca, mano en barbilla le dieron seguridad y superioridad.
Trump se hace agradablemente grotesco, su ego de gran hombre de negocios es inmenso y crece cuando critica las “bestialidades del actual gobierno” y fanfarronea con gusto.
Ambos al final se aproximaron con ataques a la persona y no a sus argumentos (ad hominen)
Kamala Harris; “Lo único de lo que no le oirás hablar eres de ti. No lo vas a escuchar hablar sobre tus necesidades, tus sueños, tus deseos, y te digo que mereces un presidente que realmente te ponga a ti en primer lugar, y te prometo que lo haré».
Donal Trump; “si dice que va a hacer porque no lao ha hecho ella es gobierno” es la peor vicepresidente que hemos tenido”.