La historia no larga pero frecuente, los atentados contra la vida de funcionarios de gobierno de EE.UU., el expresidente y candidato republicano Donal Trump es el último tiroteado. Antes cuatro presidentes de EE.UU. fueron asesinados a tiros, Lincoln en 1865, Garfield en 1881, Kinley en 1901 y Kennedy en 1963/ La disponibilidad de armas es un derecho garantizado constitucionalmente.

El rifle AR-15 se le llama “rifle americano”, el estadounidense posee miles de modificaciones diferentes del AR-15, que, aunque se basan en el desarrollo del rifle de asalto militar M-16, usado con optica de hasta 600 metros y munición cuesta alrededor de 100 dólares.
Estos rifles en EE.UU. son usados en la gran mayoría de los tiroteos masivos que se suceden en todo el país y cada vez con mayor frecuencia. El tirador de Trump es apenas un “lobo Solitario” sin nivel de entrenamiento. Obvio es que eligió el sitio (137 metros del podio) actuó con rapidez, amparado en la negligencia de la policía, cargó el arma, apuntó y disparó cinco tiros.
La primera bala debería haberle dado a Trump en la cabeza, solo rozó la oreja derecha, después el tirador perdió su línea de tiro. La excitación, agitación y estado mental general criminal le hicieron fallar. Los posteriores disparos alcanzaron a quienes estaban sentados detrás de Trump. El asesino podría haber disparado una docena de tiros más, pero fue eliminado, él estaba mentalmente preparado para ser asesinado. Pareciera uno más de esos asesinos ideológicos que disparan a niños en las universidades para hacerse famosos y demostrarle algo a alguien. Este tipo de asesino se convierten en una herramienta única con fácil detección en multitudes y extremadamente poco confiables.
El sistema de seguridad es tan complejo como impredecible, las inspecciones entorno a tales eventos con agentes de civil que trabajan y perfilan a su alrededor en este caso estaba compuesto por varias mujeres. Su tarea principal es prestar atención al comportamiento inusual entre una multitud de los hombres.
Los psicólogos señalaron que a las mujeres les resulta más fácil a nivel instintivo desarrollar las cualidades de una superguardia, están mucho más acostumbradas a evaluar la apariencia y el comportamiento de personas del sexo opuesto. Así como una madre cubre instintivamente con su cuerpo a su hijo en caso de peligro extremo, la guardia de seguridad protegió a Trump.
En toda esta ruidosa historia del atentado contra la vida de otro presidente estadounidense, el único hecho alarmante es que, a pesar de todo su rechazo social, el criminal no intentó infiltrarse en la manifestación, sino que de alguna manera eligió sabiamente una posición a distancia. Alguien entendió perfectamente que, si pudiera llevar una pistola, lo más probable es que con su apariencia y comportamiento atrajera la atención de los agentes de seguridad profesionales, quienes no le darían la oportunidad de disparar.
Trump con el atentado fabricado en su contra encuentra un botina su favor, volverse mártir hará inalcanzable su campaña electoral.