Las cifras publicadas ayer en la celebración del día mundial de la libertad de prensa dejan un trágico balance de manipulación e intervención de diversos poderes en grandes medios. Las muertes y amenazas de informadores son apenas una consecuencia visible de ese poder, pero igual el desconocimiento y abuso de la manera para ejercer la profesión.
Reporteros Sin Frontera lamentó que los periodistas sigan informando en un entorno que se polariza y se hace «cada vez más venenoso y tóxico».LP7D/Freepik
Reporteros Sin Fronteras desvela la doble polarización que ha marcado el rumbo de dicho derecho a nivel mundial. Las asimetrías siguen estando presentes en las diferentes regiones a nivel mundial, muchas de las cuales han visto el deterioro del ejercicio periodístico. La guerra en Ucrania, el caso de Julián Assange y los cambios de gobierno en algunos países marcan el balance.
El reporte de este año da cuenta de las asimetrías que existen entre “sociedades abiertas” y “regímenes despóticos que controlan a sus medios y sus plataformas”. Al mismo tiempo, muestra un creciente “caos informativo” derivado de los espacios digitales exentos de regularización. La edición de 2022 viene con un récord de países en situación “muy grave” para la libertad de prensa, con 12 países en total, entre los que se encuentran Belarús (153), Rusia (155), Birmania (176), Corea del Norte (180), Eritrea (179), Irán (178), Turkmenistán (177) y China (175). Una situación que contrasta con la de los tres países nórdicos, Noruega, Dinamarca y Suecia, en los que “la libertad de expresión se realiza en todo su esplendor”.
México sigue siendo el país más mortífero del mundo para la prensa y ocupa el puesto 179 de 180 en la clasificación de seguridad.
Dentro de los países con una situación «problemática», se encuentran, entre otros, Brasil, Ecuador (68º) y Chile (82º) Brasil (111) El Salvador (112) Venezuela (148) Nicaragua (160) Cuba (183) en donde los medios han sido cada vez más estigmatizados por la retórica de los gobiernos.
RSF explica que las sociedades democráticas se dividen a causa del aumento de medios de opinión «basados en el modelo de Fox News», la cadena favorita de los conservadores estadounidenses, y de la «extensión de los circuitos de desinformación, amplificados por la forma en la que funcionan las redes sociales».