Han ordenado a los propietarios de tiendas en el oeste de Afganistán que corten las cabezas de los maniquíes, insistiendo en que las figuras humanas violan la ley islámica.
Desde que regresó al poder en agosto, los talibanes han impuesto cada vez más su dura interpretación de la ley islámica, restringiendo severamente las libertades, particularmente las de mujeres y niñas./laverdadnoticias.com/LP7D
«Hemos ordenado a los comerciantes que corten la cabeza a los maniquíes, ya que esto va en contra de la ley Sharia (islámica)», dijo a la AFP Aziz Rahman, jefe del Ministerio de Promoción de la Virtud y Prevención del Vicio en la ciudad de Herat.
«Si solo cubren la cabeza o esconden todo el maniquí, el ángel de Alá no entrará en su tienda o casa y los bendecirá», agregó, luego de que algunos vendedores de ropa respondieran inicialmente cubriendo las cabezas de los maniquíes con bolsas de plástico o pañuelos en la cabeza.
Durante su primer régimen en la década de 1990, los talibanes provocaron indignación mundial después de volar dos antiguas estatuas de Buda.
Desde que tomaron el poder, han prohibido a las niñas en las escuelas secundarias en varias provincias, mientras que en gran medida se ha impedido que las mujeres trabajen en el sector público y se las ha excluido de los cargos gubernamentales.
A las mujeres que buscan viajar largas distancias no se les debe ofrecer transporte por carretera a menos que estén acompañadas por un pariente masculino cercano.
Los islamistas han aumentado las redadas contra los vendedores de licores, han arrestado a los drogadictos y han prohibido la música.
La toma de posesión de los talibanes ha devastado la economía afgana dependiente de la ayuda, con miles de millones de dólares en activos congelados por Estados Unidos y la ayuda internacional en gran parte detenida.
ONU adoptó la semana pasada una resolución propuesta por Estados Unidos para ayudar a que la ayuda humanitaria llegue a los afganos desesperados, mientras busca mantener los fondos fuera de las manos del gobierno talibán, que aún no ha sido reconocido por ningún país.