En Sudán la democracia se frustra por el enfrentamiento del general Abdul Fatah al-Burhan, jefe de una camarilla militar establecida que ha tenido bajo control el estado del noreste de África durante décadas y Mohamed Hamdan Dagalo (Hemeti), jefe de una milicia de 100.000 efectivos que le proveen poder y riqueza mal habida / Hospitales “en medio de una lluvia de balas” / Más de 100 civiles muertos.
El bombardeo de hospitales “constituye una flagrante violación del derecho internacional y de los estatutos que prevén la protección de las instalaciones de salud”, ambos bandos niegan los ataques/LP7D/A24/
Los hospitales son el objetivo de los ataques militares de los dos bandos en guerra, el ejército y los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés), que han llevado a Sudán al borde de la guerra civil.
“Estamos viviendo una verdadera batalla. ¿Puedes creer que dejamos atrás en el hospital a niños en incubadoras y pacientes en la unidad de cuidados intensivos sin personal médico? No puedo creer que sobreviví en el hospital, donde el olor a muerte está por todas partes”, “Estamos recibiendo mensajes de que hay víctimas. Hay muertos y heridos desde el estallido de la guerra y no hay forma de enterrarlos o tratarlos. Los cuerpos han comenzado a descomponerse”, «Estas son condiciones de guerra. Antes de que atacaran los hospitales, nos dimos cuenta de que los estaban atacando para usarlos como bases militares”, dijo un médico a la cadena CNN.
Un reporte de prensa indica que tres hospitales están fuera de servicio debido a los bombardeos, mientras que el Hospital Internacional en el norte de la capital Jartum tiene problemas de cortes de energía y está funcionando con generadores que están a punto de quedarse sin combustible.