Los veranos en Europa son cada vez más fuertes y dramáticos. El 47% del territorio entre el 1 de julio y el 31 de agosto de 2022, pasó de un verde brillante a un marrón seco según datos del programa europeo de observación de la Tierra Copérnico.
El Observatorio Global de la Sequía (GDO) señala que el 47% de Europa presentó en agosto una situación de alarma: signos de falta de humedad en el suelo y efectos negativos sobre la vegetación/LP7D/telemadrid.
Los niveles de agua en los ríos como el Rin, el Danubio y el Po, descendieron hasta suspender la navegabilidad, pero también afectación de la producción eléctrica y bajo rendimiento de los cultivos en medio de un clima excepcionalmente cálido y seco que aumentó el riesgo de incendios forestales y con prolongación de riesgo hasta el mes de noviembre en la región mediterránea. El 90% de los arroyos tiene sequia completa en toda Europa.
El daño más severo a la vegetación es claramente visible en las áreas del sureste del Reino Unido, el norte de Francia y Alemania, Polonia y Europa del Este. Los datos se compararon con otro estudio de 2014 sobre la sequía de 1540, año que produjo una ola de calor extremo con 11 meses de duración y una reducción de entre 90 y 95 días de lluvia.