En Estambul y a orillas del Bósforo, se referencia el fantástico domo que dominan el panorama y cuyos muros contienen siglos de arte, conflictos políticos, disputas religiosas y efervescencia nacionalista.
![](https://laprensa7dias.com/wp-content/uploads/2020/07/images.jpg)
El presidente de Turquía Recep Tayyip Erdogan ha firmado esta tarde el retorno al culto musulmán de la antigua basílica de Santa Sofía.
Anulaba su conversión en museo, el sueño de muchos musulmanes turcos, de volver a prostrarse en dirección a La Meca en el interior de Santa Sofía, es una realidad. La pesadilla de muchos griegos, también.
Santa Sofía de Constantinopla, en sus 1.500 años de existencia ha sido lugar de culto tanto para cristianos ortodoxos y católicos como para musulmanes, ha estado bajo dominio de diferentes imperios y sufrido sendas transformaciones.
Hasta hoy ha sido un museo, Santa Sofía antes fue una basílica y ahora una mezquita.
La decisión no sólo enfrenta a Grecia y Turquía, sino que genera preocupación internacional por el destino de este patrimonio de la humanidad.
![](https://laprensa7dias.com/wp-content/uploads/2020/07/images-1.jpg)
El Consejo de Estado, órgano judicial de última instancia en Turquía, anulaba a las cuatro de la tarde la transformación en museo del monumento, impulsada por Kemal Atatürk, cuando llevaba 480 años funcionando como mezquita, tras haber sido levantada como basílica cristiana por el emperador Justiniano, hace casi 1500 años.
El Consejo de Estado anulaba la transformación en museo del monumento que impulsó Kemal Atatürk en 1934
Cientos de iglesias griegas y armenias de Estambul han sido transformadas en mezquitas o han desaparecido desde el siglo XV. ASon ahora muy pocas las iglesias ortodoxas abiertas en la ciudad que sigue siendo sede del Patriarcado Griego. Erdogan ya creó un precedente, al devolver al culto musulmán el museo de Nicea que había sido basílica de uno de los primeros concilios cristianos. Pero volver a alfombrar el que fuera mayor templo de la cristiandad durante casi mil años es otra cosa.
La UNESCO, preocupada por este lugar de “fuerte valor simbólico, histórico y universal” ha advertido al gobierno turco contra cualquier movimiento precipitado, horas antes del dictamen. La organización cultural de las Naciones Unidas ha recordado a Ankara la obligación de ser notificada sobre cualquier cambio que afecte al monumento, patrimonio de la humanidad.
Erdogan creció en el barrio modesto de Kasimpasha, al otro lado del cuerno de oro, divisando las cúpulas de Santa Sofía y de las grandes mezquitas otomanas. Desde hace seis años, su campaña sobre Santa Sofía ha ido ganando tono y ya ha habido alguna recitación del Corán en su interior y llamamientos a la oración desde sus alminares otomanos. Hoy, cree haber asegurado su lugar en la historia.