“infinitamente. “Vivir con la muerte” La Fiesta de Muertos es la fiesta folclórica más grande e importante de México. Entre el 1 y 5 de noviembre cada año según una antigua creencia mexicana, los muertos vienen a visitarlos desde el más allá el día de Todos los Santos y celebran un reencuentro contemplativo y feliz con los vivos con música, baile y deliciosa comida.
El hombre es la única criatura que sabe que va a morir. Entonces, ¿Cómo vivimos con la muerte? /LP7D/Gracia/
En México y América latina celebran a sus muertos en unión de tradiciones culturales coloniales y prehispánicas, imponiéndose la fe prehispánica de manera subversiva sobre la católica. La fusión resultante muestra el conflicto entre dos mundos.
El Altar u ofrenda es la instalación en torno a la cual se lleva a cabo la celebración. Estructura de tres niveles, cielo, tierra e inframundo y hasta 7.
Las Calaveras, los cráneos humanos son ofrendas de los aztecas a sus dioses, en un afán por preservar la vida.
La resina de copal, un árbol tropical, se usa encendiéndola como incienso en los altares. Los aromas son como una forma de purificación de las almas.
La cruz, que es una aportación de los evangelizadores o bien, del mismo sincretismo religioso en esta celebración prehispánica de la muerte.
El festín es un conjunto de comida y bebida que se prepara especialmente para colocarlo en la ofrenda o altar y que se supone perderá su esencia después de la noche del Día de muertos, pues los espíritus absorberán sus sabores. Platillos típicos mexicanos, preferidos de los difuntos como los tamales, el mole, calabaza en dulce y el pan dulce de muerto. Agua no puede faltar y en el festín se puede ofrecer también una botella de tequila o mezcal
Itzcuintli es una de las tres razas de perros mexicanas que existían antes de la conquista (junto con el xoloitzcuintle y el tlalchich) se le atribuía el papel de guía de los espíritus al mundo de los muertos. es juguete para niños.
Mictlán es el lugar a donde iban los muertos que no habían muerto en la guerra o sacrificio. Es decir, el inframundo. Allá los recibe el señor de los muertos, Mictlantecuhtli, y su esposa, Mictecacíhuatl.
El Papel picado, es un trabajo artesanal decorativo sobre rectángulos de papel de colores con perforaciones, representan distintos motivos relacionados con la muerte. El morado hace referencia a la religión católica; el naranja como color de luto; el azul representa el agua; el verde, la vida; el rojo, la sangre; el blanco, la pureza; y el negro, el inframundo.
Pan de muerto, tradición prehispánica que ofrecía corazones de sus sacrificios y los evangelizadores cambiaron esto por panes de trigo decorados con motivos alusivos a la muerte.
El petate es una especie de tapete tejido de palma que en México se utiliza como cama, mantel o mortaja. En las ofrendas del Día de Muertos simboliza un deseo de que las almas descansen y también se usa como base para acomodar el festín.
La sal, sobre el altar en un platito, para ayudar a la purificación de los espíritus, de la misma forma que el copal.
La flor de sempasúchil, una especie de Dalia (flor de origen mexicano) de color naranja y aroma intenso, es la que se utiliza para adornar los altares. Su aroma, color y forma, guiarán a los espíritus hasta su festín.
El sahumerio es el humo aromático que debe despedir la ofrenda que puede ser proveniente del copal, o bien de algún otro tipo de incienso, y que tiene un fin purificador.
Tzintzuntzan, un pueblito de Michoacán, conocido en el mundo por realizar las celebraciones de Día de Muertos más espectaculares. A las orillas del Lago de Pátzcuro, crea sus propias artesanías.
Velas y veladoras para que iluminen la ofrenda cuando está oscuro y representan la fe y la esperanza, la luz que necesitan las almas para regresar a casa y también para alumbrar su retorno a su lugar en donde están ahora.