Tan particular inauguración, muy frívola, un juego apenas mediocre, un equipo local limitado y un onceno ecuatoriano tranquilo, abierto dominador casi que entrenando apenas evitando un mal arranque no sólo en lo deportivo estricto del momento sino en bajar las expectativas del todo poderoso multimillonario y exótico emirato.
Las restricciones acompañan las primeras imágenes, en las graderías del fastuoso estadio, espontáneos y alegres hinchas y seguidores latinos, hombres y mujeres, contrastan con manifestantes locales, puros hombres, apenas en algarabía tan similar a la que por otras razones vemos en las calles de esos estados.
Una situación del gol, el primer gol de este mundial anulado sin aparente razón, sólo una actuación tecnológica e incomprensible frenó lo que ponía de cabeza muy pronto una década de trabajo catarí.
“Los que creen que el deporte no tiene nada que ver con la política o no saben nada de deporte o no saben de política” leí del exfutbolista uruguayo Gerardo Caetano, no sé si cinco mil millones de habitantes del mundo vieron hoy la TV. pero una buena cantidad hace rato perdieron la emoción del evento, ya han entendido a su manera y desde su conocimiento las proféticas palabras de Gaetano.
Argentina 78 nos recuerda un mundial logrado por la fuerza de la necesidad de un país sumido en la terrorífica anarquía de un gobierno militar que confabuló para alzar la copa y poner un velo a más de 30 mil desaparecidos.
Treinta años después FIFA estremeció los dinteles político – deportivos, negociaba el mundial de Catar, la incesante critica a violaciones y desmanes de todo tipo han hecho carrera. ¿que tantas situaciones e intereses se esconden tras el mayor evento mundial? El epilogo de esta historia en 2022 ha comenzado y trascenderá imposibles en detrimento de la pura esencia deportiva. Lo empezamos a descubrir.