Decidido a acabar con los cuervos en el interior del Vaticano. Retiró los derechos como cardenal a su número tres, el otrora todopoderoso Ángelo Becciu
Se acusa a Becciu de estar detrás de las operaciones millonarias de compra-venta de inmuebles en Londres, a través de sociedades interpuestas y paraísos fiscales. En una decisión inédita, Francisco dejó sin fondos a la Secretaría de Estado del Vaticano, y creó una «comisión de pasaje y de control» que, en tres meses, tendrá que transferir toda la actividad económica de este organismo a la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA).A la espera de la aprobación definitiva del proyecto de reforma de la Curia, ralentizado por el coronavirus, el pontífice está dispuesto a apostar por la transparencia. Incluso si se trata de su número dos.
Exige que se aclaren cuanto antes las inversiones en Londres a través de sociedades interpuestas y acelera su proyecto de reforma de la Curia para incrementar la transparencia
En pleno escándalo por el supuesto uso de los fondos de la Secretaría de Estado vaticana –y del Óbolo de San Pedro, dinero donado al Papa para caridad en todo el mundo–, que ya está siendo judicializado, el pasado 24 de septiembre el Papa retiró los derechos como cardenal del otrora todopoderoso Angelo Becciu. Al tiempo, la policía italiana detuvo a Cecilia Marogna, la asesora de Becciu durante los años en los que el purpurado fue Sustituto de la Secretaría de Estado (en la práctica, el número tres del Vaticano, con acceso ilimitado a fondos) y que creó una red de diplomacia paralela a la de la Santa Sede en todo el mundo.