En una ceremonia en la Plaza de San Pedro conocida como consistorio, Francisco «creó» 21 nuevos cardenales, los «príncipes de la Iglesia» con sombreros rojos que son sus asesores más cercanos en el Vaticano y en todo el mundo.
El colombiano Luis José Rueda Aparicio es la más celebre representación de América, un eclesiástico, teólogo y profesor católico colombiano, que se desempeña como arzobispo de Bogotá y primado de Colombia /LP7D/
Dieciocho de los 21 tienen menos de 80 años y, por lo tanto, son elegibles, según la ley de la Iglesia, para participar en un cónclave secreto para elegir al próximo Papa después de la muerte o renuncia de Francisco.
Los nuevos cardenales provienen de Estados Unidos, Francia, Italia, Argentina, Suiza, Sudáfrica, España, Colombia, Sudán del Sur, Hong Kong, Polonia, Malasia, Tanzania, Venezuela y Portugal.
Un nombramiento significativo es el del obispo Stephen Chow Sau-Yan de Hong Kong. Chow es uno de los principales vínculos con la Iglesia católica en la China comunista.
Otro es el del obispo italiano Pierbattista Pizzaballa, en Tierra Santa, donde el Vaticano teme que la presencia histórica de los cristianos esté amenazada.
Francisco cumplirá 87 años en diciembre y en su homilía del sábado por la mañana pidió «una Iglesia cada vez más sinfónica y sinodal».