Pilas de noticias especulan y desinforman, cada país dependiendo del lado que ocupe, ordena a sus medios publicar o no estrategias de verdad y mentira cargadas de amenazas, chantaje y propaganda sobre el poder y el exterminio. Como huir de esa andanada de desinformación.
Expertos, universidades e Institutos como el de Estudios de la Guerra ISW, trabajan las amenazas de Biden, Putin, Xi, Macron, Orban, Stoltenberg… nadie se queda sin amenazar que es ahora el fundamento de una amplia estrategia de propaganda.
La información que proviene de estas instituciones de investigación no escapa al interese tendencioso. Aún mimetizado, ya el mundo sabe que la información de los medios e instituciones de gobierno sin importar el lado del que provenga está tamizada por sus gobiernos.
La guerra en Ucrania crece tensiones externas, amenazas y un miedo escénico que ya el mundo empieza a consumir como «un cuentaso». Sabemos ahora que la guerra es una concordancia de poderes para aplastar las nacientes modelos sociales y económicos para un orden mundial en movimiento, una tendencia inequívoca de multipolaridad geopolítica en la que todos caben y ordenan.
pero en la que el poder sigue siendo las armas, producir armas para la guerra, la industria armamentista es el negocio más poderoso, «no importa si se muere de hambre porque no hay comida, pero no puedes morir sin arma en tus manos» pareciera el pensamiento exterminador de la industria militar. El poder ruso está demostrado, el de EEUU apenas puede con la guerra en Ucrania y en Gaza, mientras huye del mar rojo y desatiende otros focos de interés que lentamente va perdiendo. China amenaza con superarla y para ello necesitara incrustarse en conflictos. La industria rusa ha demostrado su poderío y potencia productiva.
EEUU ha llamado a Rusia a sentarse a acordar sobre el uso de armas nucleares, algo que Rusia ha rechazado de plano, no se sentará con quien ha intentado causar un daño social al país y en donde Europa ha sido el gran perjudicado
Las amenazas de uso de armamento nuclear son una invención mediática y hacen parte de una extensa campaña de chantaje por EEUU, la OTAN y el Kremlin. Las investigaciones y en sentido común entendiendo la situación es extremadamente improbable que estas amenazas desemboquen en una verdadera escalada nuclear.
Rusia posee una ventaja frente a Ucrania y el apoyo de occidente apenas ha alargado la misma creciendo no sólo el tiempo y las especulaciones políticas. Las hipótesis sobre una derrota de tal o cual son el diario alimento. Occidente insiste en que Rusia no podrá derrotar, Rusia insiste que va a derrotar cuando lo considere.
Los viajes y convenciones pululan, todos se encaminan en construir y desbaratar esfuerzos con socios para formular objetivos estratégicos unificados y un plan para la derrota decisiva.
Rusia ha sostenido su poder incluso en la defensiva tras la retirada de Kiev y Járkov en 2022, una situación más estratégica de tiempo y negocios para la industria militar que presupuestó millones de dólares por recoger a su favor sólo si lograba alargar la guerra y obligar desde la OTAN cada vez más aliados. Comprar armas es la prioridad, poner en dificultades la economía de sus ciudadanos con el pretexto de pagar para ganar y no tener que ir a la guerra. Un escenario creado en el imaginario macabro de la OTAN y Rusia.
La escalada nuclear no sucederá, quedaría sin efecto la guerra programada como la pandemia del Covid, que enriqueció a las farmacéuticas, alargar en el tiempo el conflicto hará lo mismo con la industria militar. El escenario nuclear busca sólo exprimir las economías de los más pobres.
La escalada incluso con las anunciadas armas de occidente que hace meses ese están golpeando a Rusia y las operaciones de atacar a la planta nuclear de zaporiyia busca sólo eso meter miedo para aflojar los bolsillos y sentirse protegidos. Protegidos de nada sino de las mismas acciones creadas para mayor afectación, ¿todo está en un guion? Si.