Los ocho países amazónicos acordaron políticas y medidas ambientales unificadas para la cooperación sobre la selva tropical pero no lograron un objetivo común para poner fin a la deforestación.
El presidente Lula de Brasil presionó para que la región se uniera en torno a una política común para poner fin a la deforestación para 2030 /LP7D/
En la ciudad de Belem se creó una alianza para combatir la destrucción de los bosques, dejando que los países persigan sus propios objetivos individuales de deforestación.
Declaración de Belem, afirmó con firmeza los derechos y protecciones de los indígenas, al tiempo que acordó cooperar en la gestión del agua, la salud, las posiciones comunes de negociación en las cumbres climáticas y el desarrollo sostenible.
No acordar un pacto para proteger sus propios bosques apunta a las mayores dificultades globales de forjar un acuerdo para combatir el cambio climático. Muchos científicos dicen que los políticos están actuando con demasiada lentitud para evitar un calentamiento global catastrófico.
Los países amazónicos también rechazaron la campaña en curso del presidente izquierdista de Colombia, Gustavo Petro, para poner fin a la nueva explotación petrolera en la Amazonía.
Más allá de la deforestación, la cumbre tampoco fijó una fecha límite para poner fin a la minería ilegal de oro , aunque los líderes acordaron cooperar en el tema y combatir mejor los delitos ambientales transfronterizos .