El bucólico personaje que ocupó el 10 de Downing Street en Londres, ha confesado. Un personaje con sus características pocas veces puede encubrir sus excesos.
Acostumbrado el hombre “bofo” de pelo desordenado a imponer con su carácter, no tuvo reparo en reconocer que condujo con engaño al Parlamento sobre el “partygate”, las fiestas bañadas en alcohol y otros excesos en época de pandemia indignaron a la opinión pública británica. “Los llevé al engaño, pero lo hice de buena fe”.
Los británicos como la Cámara de los Comunes fueron engañados, ahora en su compostura y ortodoxia, podrán y deberán quitar el escaño al ruinoso personaje que provocó hasta hoy los días más negros para la economía británica en los últimos años.
“Pero mucho peores son las mentiras que dijo deliberadamente a las familias en duelo, después de no proteger a nuestros seres queridos. Su afirmación de que lo hizo de ‘buena fe’ es repugnante”, afirman en un comunicado familiares de los más de 220 mil ingleses muertos por Covid, el segundo mayor número de víctimas en Europa.
Obvio que sí, es el mismo premier Boris Johnson quien debe comparece este miércoles. Su futuro político depende de las conclusiones a las que lleguen los diputados del comité de la Cámara de los Comunes, la investigación está presidida por la diputada laborista Harriet Harman, aunque el panel de los siete miembros del comité tiene mayoría conservadora, es probable que no sigan arriesgando su aminorado poder.
Pero el farsante aún respira con fuerza y culpa a sus asesores, “cada vez pisa más fuerte en el barro”, Johnson sueña con volver al poder, pero la mayoría de los británicos saben que el liderazgo del conservador está acabado como su carrera política.
Rishi Sunak, premier actual y ex ministro de Finanzas de Jonhson, fue multado por la policía por asistir a una breve celebración del cumpleaños de Johnson en la sala del consejo de ministros. ¿Tendrá más efectos las bribonadas de Jonhson?, seguro que sí.