El presidente bielorruso ha dicho que dejará el cargo una vez hecha la reforma constitucional con menos poderes presidenciales
Lo ha dicho el presidente un día después de que el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, llegase a Minsk en su primera visita de trabajo tras las elecciones presidenciales del 9 de agosto, denunciadas por la oposición bielorrusa como un monumental fraude.
Moscú, a juzgar por sus movimientos, está interesado en un cambio controlado en el régimen. Una ‘evolución’ que evite la revolución.
Rusia ha evitado condenar la violencia y los abusos policiales, pero esta vez Lavrov presionó a Lukashenko en público para que cumpliera su «promesa» y lleve a cabo una reforma constitucional.
La líder opositora, Svetlana Tijanovskaya, no ha rechazado la interlocución rusa. Pero esta semana ha dicho que espera que la Casa Blanca de Biden refuerce la presión para derrocar a Lukashenko.