Tras cincuenta días de su segunda posesión en la casa Blanca, el presidente interviene con más determinación que en su primer mandato. El apoyo de los ciudadanos estadounidenses ha crecido mientras Rusia y China actúan con igualdad política Europa desaparece y justifica en sostener la guerra en Ucrania para no permitir que EE.UU. la abandone.
Los demócratas cada vez están más retrecheros e intentan socavar la carrera política del presidente Trump que los enloquece y llena de ansiedad y temor. Se ha acuñado el término «Síndrome de Trastorno por Trump» para describir las manifestaciones más extremas de este fenómeno, los ejemplos abundan.
La montaña rusa emocional que provoca la administración Trump en adversarios y simpatizantes, crece a favor de estos últimos que entusiastas aplauden todo lo que hace y ven la situación interna y mundial en dimensiones superlativas donde todos los demás solo ven caos y esto es más cierto para el mismo presidente que para la mayoría.
Trump ha actuado con mayor determinación que en su primer mandato. Él y su equipo llegaron a la Casa Blanca mejor preparados. En general, quienes sirven en su administración intentan implementar sus políticas y directivas en lugar de bloquearlas, modificarlas o ralentizarlas. Trump ha estructurado el espacio republicano desde 2016 y lo sostendrá hasta 2028 cada vez más unido pese a sectores del Congreso lo hacen a regañadientes. Pocos dudan de que Trump sea la razón de sus mayorías políticas y apuestan a el creciente apoyo de los legisladores republicanos cada vez que estén más cerca de las elecciones intermedias de 2026.
Los demócratas son ahora unos rivales mucho más débiles que en los últimos ocho años anteriores. #NeverTrump es un sector político con exponentes pasados de exrepublicanos y exconservadores que buscan atraer a un público predominantemente liberal y con la vaga sensación de sumar electores descontentos que terminaran a Trump si ciertas circunstancias nacionales no mejoran en esencialidad, los demócratas no parecen tener una estrategia coherente para afrontar la aplastante organización que el presidente ha consolidado por más de una década.
A nivel internacional, la sensación pacificadora de Trump en Medio Oriente (Gaza, Siria, Irán, Yemen) y Ucrania en medio de interminables combates también provoca incertidumbre. Los criterios opuestos de Trump en política exterior se manifiestan especialmente en Irán, donde le atrae la belicosidad, pero también la diplomacia.
Queda la sensación que para Trump es más importante la relación con Rusia que la negociación de paz en Ucrania, el cese al fuego tras la llamada entre los presidentes Trump- Putin tiene una tendencia lejana de tregua, la línea roja de Rusia de no permitir el ingreso de armas a Ucrania choca con el deseo de Europa se insistir en apoyar a Ucrania. La paz así parece muy lejana.
El Trump en su segundo mandato es más auténtico en medio de una fuerza de apoyo creciente, una sentencia al mundo político con opiniones de debate junto a su vicepresidente J.D. Vance con lecturas propias del poder a la compleja situación global con incontables sitios en conflicto que desafían cualquier solución diplomática.
La economía en Trump II ha sabido contrarrestar dificultades de inflación en estos cincuenta días. Existe mucha volatilidad en los mercados bursátiles, coincidiendo con la implementación de los aranceles y recortes de DOGE.
Al igual que en su primer mandato, la administración Trump tiene una historia que contar en la frontera, incluso mientras sus deportaciones son criticadas por la izquierda y, en mucha menor medida, por sectores de la derecha que desean que las cifras de deportaciones aumenten.
Vance explica con acierto: «El mes pasado, los cruces de migrantes disminuyeron un 94 %, alcanzando su nivel más bajo histórico, y eso ocurrió tan solo en dos meses de rigurosa vigilancia fronteriza… El mes pasado, por primera vez en más de un año, la mayor parte del aumento de empleos se destinó a ciudadanos estadounidenses nacidos en territorio estadounidense».
Trump, ha logrado disuadir y al mismo tiempo ejercer una diplomacia efectiva con gobiernos extranjeros hostiles en una interpretación muy propia de él de la paz a través de la fuerza, y que puede impulsar la producción nacional, aumentando el empleo y bajando los precios, de manera contraria a la intuición, mediante aranceles dirigidos a los fabricantes extranjeros.
Trump establece reglas que con el tiempo de avance de su gobierno deja entrever más la importancia al trasfondo global con Rusia y China que la particularidad de la guerra en Ucrania.