Pese a la grave situación económica son miles los ingleses que se doblan ante la monarquía tras la muerte de Isabel, su reina.
Fanáticos reales pasean calles bordadas de banderas británicas, miles de flores en Green Park cerca al palacio de Buckingham desfiles en el gran teatro de la familia real, y muchas millas y horas en pie para una oportunidad de sentir al paso del féretro de la fallecida reina Isabel II /LP7D/
“Esta es la historia, ya sabes, esto sucede una vez en la vida”, dijo Kanakkantt Benedict, quien estaba de visita desde la India con su esposa y pasó frente al ataúd cubierto con la bandera de la reina esta semana. “Así que nos convertimos en parte de eso”.
Setenta años en el trono tienen un significado enorme para los anales de la historia del mundo. Para unos un formidable bastión de poder y progreso para otros el detenimiento en la miseria de innumerables pueblos sometidos a las voluntades y caprichos de una monarquía irrelevante.
Cualquiera sea el pensar, los turistas y las agencias sacan el mejor provecho a los últimos cálidos días del verano, hoteles, restaurantes, pubs, tiendas que ofrecen el mejor recuerdo, la mejor estadía y el siempre deseo de volver. Por lo pronto el fin de semana y hasta el lunes las reservas hoteleras están imposibles, se han duplicado en precio y el centro de Londres es todo un caos.