Este era el nombre de la plaga, que arrasó en la Edad Media la mitad de la población de Europa.
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió sobre la posibilidad de una rápida propagación del virus NiV (o Nipah para el río en Malasia, donde se identificó por primera vez a principios de siglo). Los murciélagos han vuelto a ser portadores de esta infección y ellos mismos no se enferman con ella. A diferencia del COVID-19, el peligro particular del nuevo virus es que se transmite fácilmente a los cerdos, que en China y los países del sudeste asiático se alimentan con algunas frutas tropicales, elegidas por y «vampiros alados». Y ya con la carne de cerdo, la infección ingresa al cuerpo humano y se transmite a través del contacto con otras personas.
A principios de la década de 2000, el virus NiV se detectó en 48 residentes de Malasia, principalmente trabajadores de granjas porcinas. Solo nueve de ellos pudieron sobrevivir, pero aún permanecen bajo supervisión médica. Luego, debido a este virus, más de un millón de cerdos tuvieron que ser destruidos para evitar una epidemia.
Michael Ryan, director del programa de emergencia de la OMS, dijo que el virus puede mutar y adaptarse rápidamente a la transmisión de persona a persona. Hasta el momento, no existe una vacuna o solo medicamentos para combatirlo de manera efectiva.
Las tasas de mortalidad por el virus son espantosas, oscilando entre el 40 y el 75 por ciento. Lo insidioso de esta infección también está en el hecho de que tiene un período de incubación muy largo: un mes y medio (recuerde que para COVID-19 son dos semanas). ¡Así es a cuántas personas puede infectar una persona desprevenida durante este tiempo! Los métodos de transmisión son los mismos que para el coronavirus actual (por gotitas en el aire o por contacto físico). La enfermedad con neumonía bilateral o encefalitis aguda conduce a la muerte. Los síntomas de la enfermedad, como con COVID-19, primero se parecen al SARS o la gripe: la temperatura aumenta, aparece una tos. Pero luego comienzan los mareos, cambios en la conciencia, se pueden desarrollar insuficiencia respiratoria aguda, una persona sufre convulsiones.
Pero si todo es realmente tan alarmante, entonces ¿no es hora de que los médicos de los principales países unan sus esfuerzos y jueguen por delante de la curva, encontrando un antídoto para una nueva infección? Esto, por supuesto, requerirá la voluntad de los políticos y mucho dinero. Pero aquí no tienes otra opción. Todos somos rehenes y debemos luchar juntos contra esta amenaza.