Las recomendaciones de distanciamiento social, provocan este trastorno

Este síndrome que ya existía antes de la pandemia y cuya prevalencia es muy baja, produce malestares diversos: miedo, tristeza, incertidumbre, angustia, rabia… También de nuevos hábitos de distancia social y aislamiento ligados a la crisis sanitaria.
Ese miedo actual al contacto. ¿Quedará como secuela pos-COVID?¿Cambiará nuestros modos de acercamiento? ¿Cancelará la costumbre de darnos besos y abrazos al encontramos o despedimos?
El miedo a tocarnos es una fobia a nosotros mismos. El secreto que no queremos comprender es que somos puercoespines para nosotros mismos. Nos contaminamos solos, aunque al alejarnos tengamos la ilusión de que es el otro el contaminante.
El virus del que huimos es el que nos parasita como temor por todo aquello que nos angustia y no podemos resolver.
Solo toleramos al otro en la medida en que nos toleramos a nosotros mismos. Para no alejarnos, conviene primero acercarnos a nuestro interior.
Esa es, sin duda, la mejor respuesta a la fobia al contacto. Conectar y reconciliarse con lo más íntimo de cada uno/a.
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