Fuerzas especiales toman el poder mientras la ONU condena la toma de posesión del país
captura de pantalla tomada de imágenes enviadas a AFP por una fuente militar el 5 de septiembre de 2021 muestra al presidente de Guinea Conakry Alpha Conde después de que fue capturado por golpistas del ejército. Foto: AFP
Los golpistas mostraba a un presidente Alpha Conde de aspecto arrugado sentado en un sofá, rodeado de tropas. Se negó a responder una pregunta de un soldado sobre si estaba siendo maltratado.
Guinea, uno de los países más pobres del mundo a pesar de contar con importantes recursos minerales, se ha visto acosada durante mucho tiempo por la inestabilidad política.
Un diplomático occidental en Conakry que se negó a ser identificado sugirió que los disturbios pudieron haber comenzado después de la destitución de un alto comandante de las fuerzas especiales, lo que provocó que algunos de sus miembros altamente entrenados se rebelaran.
El jefe de las fuerzas especiales militares de Guinea, el teniente coronel Mamady Doumbouya, apareció en la televisión pública, envuelto en la bandera nacional, y citó la «mala gestión» del gobierno como una razón detrás de sus acciones.
La encuesta presidencial más reciente en la nación de unos 13 millones de personas, en octubre de 2020, fue disputada violentamente y también se vio empañada por acusaciones de fraude electoral.
Conde ganó un controvertido tercer mandato en esa encuesta, pero solo después de aprobar una nueva constitución en marzo de 2020 que le permitió eludir el límite de dos mandatos del país.
Luego, Conde fue proclamado presidente el 7 de noviembre del año pasado, a pesar de que su principal rival, Cellou Dalein Diallo, y otras figuras de la oposición calificaron la elección de una farsa.
Después de las elecciones, el gobierno lanzó una ofensiva y arrestó a varios miembros prominentes de la oposición por su presunto papel en la complicidad de la violencia electoral en el país.
Conde, un exlíder de la oposición que en un momento fue encarcelado y condenado a muerte, se convirtió en el primer líder elegido democráticamente de Guinea en 2010 y ganó la reelección en 2015.
Sin embargo, las esperanzas de un nuevo amanecer político en la ex colonia francesa se han desvanecido y se le ha acusado de caer en el autoritarismo.