La clausura continuará, al menos hasta finales de este mes, en lo concerniente a cines, teatros, salas de espectáculos, equipamientos deportivos y de ocio como pistas de esquí. Gobierno ofrece más apoyo financiero
Francia no relaja las restricciones impuestas por la pandemia sino todo lo contrario. Los bares y restaurantes permanecerán cerrados, como mínimo, hasta mediados de febrero, según anunció ayer el primer ministro, Jean Castex. Otra medida dura que se mantiene y refuerza es el toque de queda. A los 15 departamentos en que rigen ya a las 18 horas se añadirán otros diez, todos del este del país, la zona más afectada en este momento por la covid. En el resto del territorio francés la obligatoriedad de recogerse en casa seguirá entrando en vigor a las 20 horas.
Los mayores de 75 años podrán vacunarse a partir del día 18 de este mes sin necesidad de concertar previamente una cita con su médico de cabecera. No será necesario tampoco un consentimiento escrito para recibir la dosis.
El ministro de sanidad Oliver Véran insistió en que “la vacuna es segura” y “los efectos indeseables (reacciones alérgicas) son extremadamente raros, del orden de un paciente por cada 100.000 vacunados”. El ministro indicó que, para aumentar con rapidez el porcentaje de ciudadanos inmunizados, la segunda dosis de la vacuna de Pfizer podrá darse seis semanas después de la primera y no tres.
Jean Castex, primer ministro no excluyó que puedan tomarse medidas más rígidas si las circunstancias lo exigen, por ejemplo si la cepa británica se difundiera con rapidez. Pero quiere evitarse a toda costa el cierre de las escuelas, como en el primer confinamiento de la primavera. Este cierre solo se decretaría, como “último recurso”, en caso de situación “gravísima”.