Las mujeres dirigen menos del 6% de las 3.000 mayores compañías de Estados Unidos.
Por Óscar Aljure
El informe «haciendo visible lo invisible» de Oliver Wyman dice que existen cuatro barreras sistémicas que dificultan a las mujeres alcanzar la cima empresarial.
La primera, señala que el liderazgo es el mismo juego con diferentes reglas. Los hombres señalan como valores imprescindibles la franqueza, la decisión y la confianza, las mujeres, el empoderamiento del equipo, la confianza (único valor compartido por ambos sexos) y la colaboración.
La segunda barrera está en la importancia que hombres y mujeres dan a la afinidad de cara a la promoción. Ellos dedican más tiempo a cuidar las relaciones, ellas valoran más el hecho de desarrollar habilidades directivas orientadas a los resultados como un factor clave en el éxito de su liderazgo
La tercera barrera, las mujeres cualificadas se quedan al margen de forma involuntaria al subestimar su propia preparación y asumir el prejuicio sobre su idoneidad para asumir más responsabilidad en el trabajo que las lleva a no postularse, las deja fuera del ‘top of mind’ (prioridad), a la hora de optar a un ascenso:
Y por último, y directamente relacionado, está la mayor exposición a que se hable de ellas en las reuniones, a recibir comentarios poco constructivos y a que se las vea negativamente por demostrar visiblemente la misma confianza que se valora en los líderes masculinos.