El paraíso vacacional de Europa está ardiendo, no llueve y hace más calor que nunca. Grave afectación agrícola cientos de pueblos, sin agua potable.
Los vecinos de la población de Perelada participan en una procesión pidiendo lluvia/LP7D/.
Un depósito vacío es una señal de desastre. El Servicio Meteorológico Nacional de España publicó que abril de 2023 fue el abril más caluroso desde 1961, desde que se llevan registros en España. El valor máximo se midió el 27 de abril en Córdoba: 38,8 grados. Esas son las temperaturas de agosto. Y llovió menos de una cuarta parte de lo habitual en abril. Desde febrero apenas ha llovido en toda España, con algunas excepciones como Galicia y el este de Canarias.
“Si hubiera sido una primavera seca”, dice el director del Servicio de Cambio Climático de Copérnico, Carlo Buontempo, en una entrevista con El País. “El problema es que sigue un año de muy poca lluvia y altas temperaturas”.
El embalse más grande de España, La Serena, en el sur de la Extremadura occidental española, está lleno en 17 provincias, el segundo más grande, Alcántara en el norte de la misma región, está lleno en un 77 por ciento. Madrid se ha librado de la peor sequía hasta el momento, Barcelona -aunque un poco más al norte pero sobre el Mediterráneo- no.
La agricultura es la primera en sufrir las consecuencias de la sequía, las zonas de secano, donde se cultivan principalmente cereales y olivos. El año pasado, la cosecha de cereales en España cayó de 20 a 18 millones de toneladas. Todavía es incierto lo que traerá este año.