La excongresista que se fugó estando presa por delitos electorales. Sus favores sexuales la hicieron millonaria y corrupta, los clanes políticos de la costa caribe impulsaron su carrera delictiva, ahora ella misma los denuncia.
Política, sexo, amantes, corrupción, amenazas, encarcelamientos, complicidad, denuncias, perdones, dudas y todo un país sumido en un novelón que trae ingredientes de una sociedad sin identidad diferente a la corrupción y la cocaína.
Quienes la conocen, que en realidad son más de 10 millones de costeños (habitantes nativos de la Costa Atlántica colombiana) y acopio de ciudades de reconocimiento internacional, Barranquilla, Cartagena, Santa Marta, Rio Hacha, Valledupar, Sincelejo y Montería, dicen que una muchacha de pueblo, humilde y muy pobre encontró en sus servicios amorosos una vida de mucho dinero y poder; sin condiciones para ejercer como congresista asumió y cayó por cuenta de sus trampas usadas para comprar votos, nada nuevo en tradicionales familias de ese sector en Colombia, ostentadores del poder y riqueza alcanzada con esfuerzo, dedicación y serias dudas de honestidad.
Así la muchacha muy joven se hizo amante de engreídos políticos que se encargaron de embellecerle aún más sus atributos, varios de los descendientes de esa turba extranjera que sin saber llegó al país huyendo del genocidio nazi cedieron.
Para los costeños es un novelón que cada día se crece en cada esquina de barrio, tienda, bares y billares, parques, centros comerciales, almorzaderos y restaurantes y clubes sociales de todo nivel. A los costeños les gusta “la parla” y en un goce escucharlo en las tertulias en la que cada uno quiere incluirse en el creciente guion que trasciende con nuevos personajes y situaciones del entorno político y social.
Hasta la esposa de uno de los involucrados protagonistas respondió a las acusaciones de infidelidad de su marido “a lo pasado pisado ” en un intento por recuperar la confianza de los seguidores de su marido, empeñado en seguir su carrera loca por la presidencia del país.
Ahora hasta las declaraciones del presidente actual Iván Duque y los expresidentes Juan Manuel Santos y Álvaro Uribe tendrán su capítulo. Pero también una seguidilla de exfiscales, exministros, congresistas, asambleístas, concejales y lideres comunitarios tendrán sus versiones que, si bien la fiscalía no querrá escuchar, si la mayoría de los colombianos sumidos en la alienación mediática y el chisme.
Se cuenta en Barranquilla que un político amante de la fémina protagonista le comenta a otro político ex amante de la misma “oye te quedo bien hecho el trabajo” en referencia a las varias operaciones estéticas sumadas a la cada vez más encantadora servidora pública.
La delincuente ahora pasa sus días en Venezuela, algunos dicen que se cayó para arriba, de presa a refugiada del régimen de Nicolás Maduró. Muchos apuestan a que los encantos y servicios de la mujer y las gustosas denuncias del dictador contra la clase política en Colombia, les ha hecho ofrecerse servicios mutuos.
La buena mujer paso de “La casa Blanca” en Barranquilla, sede de su poder electoral a los jardines de Miraflores en Caracas y siguió su sufrido camino en el que hasta ahora cada curva trae riesgo pasión y algunos no dudan que pronto habrá muerte.