13 millones de ecuatorianos asisten hoy a las urnas en un país marcado por la pandemia, la crisis económica y la polarización que cada vez soluciona menos los problemas de fondo
Arauz y Correa por la recuperación del poder en un país caído en la desgracia económica por bajos precios del petróleo y un endeudamiento inigualable con el FMI/almayadelespañol.com
16 candidatos presidenciales con porcentajes ínfimos en las encuestas: solo tres superan el 10% y tienen posibilidades de alcanzar la probable segunda vuelta el 11 de abril.
Los favoritos son el progresista Andrés Arauz –delfín del expresidente Rafael Correa, prófugo de la justicia –, el conservador Guillermo Lasso y el indigenista Yaku Pérez. Una encuestadoras fiable, Cedatos, da un 21,9% para Arauz, el 21,2% a Lasso y el 14,5% a Pérez.
Ofertas de corte populista pululan, cuya no implementación podría llevar a la frustración de los ecuatorianos, con un malestar contenido de momento por la pandemia y que demostró no estar dispuesto a soportar las medidas económicas que necesita el país por su compromiso con el FMI.
Lasso, un banquero de 65 años que ya fue dos veces candidato presidencial, propone aumentar un 25% el salario mínimo hasta los 500 dólares –la moneda ecuatoriana es el dólar estadounidense– mientras habla de falta de competitividad.
Arauz, exministro de Conocimiento y Talento Humano (2015-2017) de 36 años, promete aumentar el gasto público otorgando subsidios de mil dólares a un millón de familias y la creación de 800.000 puestos de trabajo.
Correa y Arauz pudieran retornar al palacio de Carondelet y con ellos las políticas y el estilo bolivariano que se quiso imponer en la llamada “revolución ciudadana” del 2007. Arauz, se presenta como la garantía de un cambio estructural que quedó truncado por la “traición” de Lenin Moreno.
El enfrentamiento abierto entre Moreno y Correa se ha intensificado esta semana con insultos y descalificaciones mutuas, que han rebajado al lodo el nivel de la campaña