Llevados por el afán de mostrar su fortaleza ante Rusia, han ingresado desde la OTAN a hacer parte de una guerra que nos les corresponde y que no les dará nada a cambio, Ucrania es muy pobre y sin estabilidad política y social.
España, alcanzó el 8,5% en mayo, tras el 8,3% de abril. En Alemania, creció del 7,8% al 8,7%, su nivel más alto en casi 50 años. Por su parte, Francia tuvo una suba de 5,2% anual en mayo/LP7D/El periódico de la energía.
Las cifras de la inflación publicadas en España, Alemania y Francia muestran que los precios siguen subiendo y van erosionando a la zona euro y crecen las perspectivas de una desaceleración brusca y continua de la actividad económica continental.
Esta tendencia era de olvido en el viejo continente, pero, se confirma que durante el último año y en consecuencia de los retrasos en la cadena de suministro tras la pandemia del coronavirus y ahora la guerra entre Rusia y Ucrania, están desmoronando la economía con el retorno de una inflación casi inexistente.
El crecimiento de esta crisis está siendo impactado el continente, los países todos ingresan en un estado de turbulencia que les obliga a actuar con eficacia. Las proyecciones de organismos internacionales y agencias de análisis estiman que la reversión podrá arribar con el inicio del año 2023.
Con el crecimiento de la inflación vendrán las presiones de los sectores sindicales para reclamar una revisión, en especial de los salarios.
La presión social y el contexto (desempleo, paros espontáneos, escasez de mano de obra en muchos oficios, etc.) podrían ampliar mucho la crisis y la exigencia de poner fin a una guerra que buena parte del mundo no acaba de comprender pero que tiene afectaciones globales.