El mundial de Alemania en 1974 acaparaba la atención. La selección de Chile buscaba clasificarse y enfrentó a la Unión Soviética en Moscú, sólo dos semanas después del golpe militar de septiembre 11 de 1973, el juego terminó 0-0. 50 años después muchos chilenos no saben lo que pasó durante la dictadura extendida por más de 17 años. Otros se resisten a perder la memoria.
El partido de vuelta sería en el Estadio Nacional de Santiago el 21 de noviembre de 1973. Directivos deportivos de Moscú exigen que se cambie la sede del partido, la conmoción del golpe militar, la muerte del presidente Salvador Allende junto a incontables civiles, miles de desaparecidos, entonces muchos de ellos permanecían sometidos en los bajos del estadio.
FIFA envía una delegación a verificar las condiciones del encuentro y el estadio. Algunos prisioneros contarían más tarde que en ese momento fueron escondidos en los sótanos bajo amenaza de armas. El suizo Helmut Käser, entonces máxima autoridad FIFA aprueba, “Nunca hemos ni podemos seguir uniéndonos a acciones políticas. Porque entonces el Mundial pronto ya no sería posible”.
Aun así, la Unión Soviética no asiste al juego, se solidariza con las victimas chilenas “por consideraciones morales, los deportistas soviéticos no pueden en este momento jugar en el estadio de Santiago, salpicado con la sangre de los patriotas chilenos”.
La selección chilena se encontró sola en el campo de juego, una afición que fríamente celebró que el capitán del seleccionado, Francisco Valdés anotará en una portería vacía y el árbitro diera ganador por W.O.. En medio de una tensa calma, cuando el golpista militar Augusto Pinochet saluda a los jugadores, el delantero y estrella del equipo Carlos Caszely le niega el saludo de mano, el régimen están persiguiendo a miembros de su familia, incluida su madre.
Ya en el mundial de Alemania 1974, la selección chilena en el Estadio Olímpico de Berlín Occidental es acompañada por grupos de izquierda que bandean pancartas con mensajes contra la dictadura naciente y el atronador cantico “Chile sí – Junta no”.
50 años después una inmensa mayoría del pueblo chileno incluidos los descendientes de más de 7 mil refugiados en Alemania no saben lo que pasó durante la dictadura extendida por más de 17 años.
Ahora la selección de Chile ha iniciado frente a Colombia la eliminatoria al mundial de 2026 en América del Norte. Juegan en otro estadio, pareciera querer huir del trágico recuerdo del Nacional que conserva vestigios de los pavorosos momentos. La gradería de la dignidad le llaman, es una gradería en gris que se desmorona, bancas de rancia madera, la entrada 8, vallas y pasillos en los que descansan mensajes en silencio por el respeto y la justicia. Es un pequeño monumento a las víctimas en el que sobresale un mensaje “Un pueblo sin memoria es un pueblo sin futuro”.
Los visitantes casi todos muy jóvenes van allí a terminar de comprender su pasado, estar ahí deja una sensación de vacío, no es tristeza, no es dolor, sólo que nadie que pase por el lugar podrá olvidar, es algo más que un recuerdo.