Joven racista, antisemita y amante de las armas que trabaja en una base militar y que tiene una visión muy crítica del gobierno de EEUU.
Miles de documentos confidenciales han salido a la luz exponiendo las debilidades de Ucrania en la guerra contra Rusia, operaciones sensibles de países aliados como Israel y Corea del Sur. La fuga de documentos «Top secret» ha abierto una gran crisis en las agencias de seguridad norteamericanas, que ya han localizado el origen de las filtraciones en un grupo de trabajadores que crearon un chat formado por unos 20 adolescentes y adultos de una base militar de EEUU /LP7D/Social Futuro/
The Washington Post entrevistó a un adolescente del grupo, quien describió al autor de las filtraciones. El periódico identificó a un hombre «OG» en un campo de tiro. “Profiere gritos con insultos racistas y antisemitas a la cámara, luego hace varios disparos contra un objetivo”, les dijo a otros miembros del mismo grupo de Internet desde el que salió la información secreta del ministerio de Defensa de EEUU que trabajaba en una base militar, cuyo nombre no se da. La labor del filtrador consistía en ver grandes cantidades de información clasificada
El joven asegura que cuando los Servicios de Inteligencia de EEUU den con el autor de las filtraciones, no tendrá un juicio justo y será enviado en su lugar a «Guantánamo o a algún lugar oscuro», e incluso ha añadido que quizá será «asesinado». “Él es plenamente consciente de lo que está sucediendo y cuáles pueden ser las consecuencias”, dijo la fuente anónima del Post. «Simplemente no está seguro de cómo resolver esta situación. Parece bastante angustiado por eso».
«OG» tenía una «visión oscura del gobierno” de Estados Unidos, a cuyas fuerzas de seguridad calificaba de una aparato «represivo». Asimismo, despotricaba contra la «extralimitación del gobierno» de Joe Biden.
El Post no solo tiene una fuente sino que asegura haber confirmado esta información con más miembros de ese grupo que parece ser el foco de la gran fuga de datos que ha puesto a Estados Unidos contra las cuerdas.
Es muy posible que la policía y los investigadores del Pentágono ya hayan localizado a «OG», pero cuando el periódico habló con uno de sus compañeros aún no había sido detenido.