El mundo avanza en un proceso de autocratización, un declive gradual de la democracia dando paso a dictaduras y autocracias, es evidente, el 72% de la población mundial está allí, frente a 46% de 2012.
En 2022 había 32 democracias liberales plenas por las 44 de hace 10 años, mientras que el año pasado se contabilizaron 33 dictaduras frente a 22 hace 10 años.
En su informe anual el instituto sueco V-Dem de la Universidad de Gotemburgo muestra el panorama de la eliminación global de la democracia en los últimos 35 años.
“Lo notable en los progresos de la ola de autocratización es que no solo países democráticos como Brasil, Ghana, Grecia, Polonia o Estados Unidos están sumergidos en la autocratización que a menudo va más allá del debilitamiento de la democracia para profundizarse aún más en países como El Salvador, Hungría o India”, se lee en el informe que menciona empeoramiento de las autocracias de Burkina faso, filipinas y Rusia. La ola de autocratización afecta a todos los continentes, aunque es más grave en Asia-Pacífico.
Perjuicios a la libertad de expresión en 35 países y aumento de la censura gubernamental en 47.
Retroceso en la calidad de sus elecciones en 30 países y en 37 aumentó la represión de las autoridades hacia la sociedad civil.
14 países, con el 2% de la población mundial, registraron avances democráticos, el número más bajo desde 1973.
42 países en los que vive el 43% de la población de todo el planeta, sufrieron el proceso contrario.
El 44% del planeta (unos 3 mil 500 millones de personas) reside ahora en autocracias electorales y, 28%, en autocracias cerradas.
Aunque las democracias electorales son el régimen más común en el mundo, sólo abarcan 16% de la población global.
El número de países autocráticos representa además 46% del producto interior bruto (PIB) mundial.
En los últimos diez años, tres países latinoamericanos mejoraron sus valores en el índice democrático del V-Dem: República Dominicana, Ecuador y Honduras.
Ocho países latinoamericanos han sufrido tendencias autocratizantes: Brasil, Chile, Guatemala, Haití, Nicaragua, Uruguay, Venezuela y El Salvador.
Las democracias en descenso son producto de un bajo estimulo de participación ciudadana, manipulación de los gobiernos de turno y crecimiento de grupos controladores, congresos, cámaras, asambleas, consejos y partidos políticos entre otros que soslayan los procedimientos legislativos generando apatía en la ciudadanía promoviendo la polarización como instrumento turbio que permite la manipulación.