«Los opioides son un grupo amplio de medicamentos analgésicos esenciales para el alivio del dolor, generalmente usados en condiciones médicas como trauma, cirugías, cáncer y similares padecimientos. La eficacia de los medicamentos opioides está relacionada con su capacidad de actuar sobre el sistema nervioso modulando la respuesta al dolor», asegura Nubia Bautista, subdirectora de Enfermedades No Transmisibles del Ministerio de Salud.
«Los opioides son objeto de consumo con fines no médicos ni justificados, por tanto se presenta desvió y producción ilegal alrededor del mundo. El uso responsable de estas sustancias es un gran desafío a nivel mundial y exige que los países realicen un balance adecuado que permita garantizar el acceso y disponibilidad a las personas que los requieren y, a la vez, evitar el riesgo de ser utilizados sin prescripción médica», agregó Bautista.
En el caso de Colombia, los medicamentos tipo opioide utilizados para el manejo del dolor son vigilados y controlados por el Ministerio de Salud y Protección Social a través del Fondo Nacional de Estupefacientes – FNE. Como marco regulatorio del uso de este tipo de sustancias se cuenta con la Resolución 1478 de 2006, que describe los requisitos para las actividades relacionadas con las sustancias controladas entre las que se incluyen las de tipo opioide.
El encuentro, realizado de igual forma con el propósito de continuar con las estrategias para el uso seguro de medicamentos, incluyó la participación de expertos con reconocida experiencia en el manejo del dolor, el uso racional de opioides, y desde luego el trabajo en el análisis y estudio sobre el abuso y dependencia de estos medicamentos.
Entre los invitados se incluyeron Juan Carlos Hernández, coordinador del Diplomado en Cuidados Paliativos (de la oxoxoxo); Andrea Rincón Carvajal, especialista en Medicina Física y Rehabilitación; Felipe Mejía Sánchez, presidente de la Asociación Colombiana para el Estudio del Dolor (ACED); Diana Pava Garzón, médica toxicóloga del equipo técnico del Ministerio de salud y de la Mesa técnica de Medicamentos y Asuntos Relacionados, y Juan Camilo Martínez, especialista en adicciones, y también parte del equipo del Minsalud.
Todo exceso es nocivo
Durante su intervención, Felipe Mejía Sánchez, presidente de ACED manifestó: «tenemos un ascenso vertiginoso de la patología dolorosa que el covid-19 nos dejó cómo síndrome del túnel carpiano, cervicalgias (dolor localizado en el cuello que puede extenderse a los brazos, cabeza o espalda), lumbalgias (dolor en la zona baja de la espalda), y esto genera mayor consumo de medicamentos y esquemas inadecuados o sub tratamientos que cronifican el dolor y lo vuelve más refractario, es decir, que no responde al tratamiento. Estos espacios de educación permiten afianzar conocimientos y enfocar la terapéutica adecuada».
Y agregó: «Los opioides son necesarios para el manejo del dolor, pero como todo, el paciente es un individuo distinto al otro en todos los aspectos y no podemos caracterizar que voy a utilizar tramadol o morfina para todos los pacientes. Cuando hacemos una análisis exacto de la patología de un paciente, su entorno psicosocial, a qué se dedica, si tiene antecedentes en familiares sobre este tipo de dolor, individualizamos su caso y la terapia es efectiva».
Asimismo, instó a no estigmatizar el uso de los opioides, «porque mal manejado cualquier fármaco es catastrófico y aberrante, podemos causar adicción, incluso a la aspirina porque si te genera beneficio y bienestar lo sigues consumiendo».
Con información y foto del Ministerio de Salud.