A Ucrania se le permite utilizar armas de OTAN contra objetivos en Rusia y ¿eso que significa? / Se acaba el tiempo de occidente/ Putin ha demostrado mesura y tranquilidad ante la beligerancia de lideres europeos / Europa no se determina y termina en la encrucijada de sus decisiones.

¿Atacar objetivos dentro de Rusia, éxito del dictador Volodimir Zelensky? ¿cambiará significativamente el carácter de la guerra en Ucrania? No, aquí creemos que es apenas una jugada más de extenderla y mortificar al mundo.
Hechos como el del gobierno de Bélgica que dice que enviará aviones F-16 a Ucrania en 2028 son la inocultable realidad de impotencia conjugada con amenazas y mismo miedo con que intentan atacar. No sucederá, EE. UU. en caso de un ataque nuclear ruso sobre Ucrania no responderá porque simplemente no le interesa entrar en guerra con Rusia por Ucrania y ni siquiera lo hará por Europa.
Saben los estadounidenses que el desgaste de la guerra lleva en el tiempo justo a Ucrania a ir perdiendo su valor escénico mientras llega la hora de Donal Trump y el escenario de guerra desaparecerá junto al derrumbamiento del ejercito ucraniano. ¿Europa será silenciada y acogerá lo que se le ordene?
Kiev ya ha lanzado ataques en territorio ruso con armamento OTAN, ahora lo intentará con permiso en Belgorod, Kursk o Bryansk. Antes hubo ataques con drones y misiles ucranianos (menos efectivos). Rusia estaba consciente de las restricciones occidentales, una situación militar muy cómoda que difícilmente va a cambiar sino para intensificar aún más su ataque a una OTAN beligerante y temerosa.
«Según el derecho internacional, Ucrania tiene derecho a defenderse » y OTAN aprueba ataques a Rusia con sus armas, todos sus ocios se mueven en un ámbito de propaganda, pero la no disponibilidad de armas les atemoriza, saben que no es suficiente y Rusia también lo sabe.
Los medios agrandan titulares de millones de ayudas anunciadas que nadie verifica sin en verdad se producen y menos saber del destino real de estas lo que provoca que cada vez haya más reacios mientras Zelensky ya no pide formalmente, sino que atropella, su desesperación crece mientras su credibilidad cae.
La guerra ahora, según analistas militares europeos, tendrá un acto dinámico, se amplía el alcance geográfico, pero difícilmente provocará una escalada, aunque siempre existe el riesgo, todos saben que una desmedida reacción rusa frenará cualquier otra acción OTAN. No sucederá.
Occidente está bajo la presión inmensa de no perder la guerra, pero no irá más allá, tendrá que disuadir ¿aún no sabe cómo hacerlo? Washington, París y Londres quieren utilizar sus medidas últimas para demostrar al Kremlin que no temen. No es miedo, es dignidad.
En Kiev mientras tanto crece una mentirosa euforia, ya el agotamiento agobia a los ciudadanos restantes, «Hoy Ucrania será más fuerte gracias al apoyo de nuestros leales aliados», dijo Zelensky, pero en su gobierno, incluso en su ejército el pesimismo es grande.
Moscú reaccionó diciendo que pueden llegar “graves consecuencias” y que “tales acciones de la OTAN podrían conducir a una guerra nuclear”. Una amenaza que occidente mismo se ha encargado de crecer y ahora persuadir con decisiones a medias.
Mientras las palabrotas de Úrsula von Der Leyen y Annalena Baerbock se hacen raquíticas, las de Enmanuel Macron son un sonsonete tedioso y las de Olaf Scholz mentiras retardadas. El jefe OTAN Jens Stoltenberg que nunca mostró un discurso de intervención pacifica ni humanista, insiste en el argumentó militar y económico como única salida. Pero la UE que asocia a 27 estados también adormece con discursos famélicos, apenas la rebeldía de tres o cuatro que son aturdidos por denuncias y demandas y en caso hasta atentados como el sucedido en Eslovenia contra su presidente.
Europa sigue a la deriva, el futuro de sus ciudadanos, acongojados, cascados económicamente y sin el menor interés por otra guerra que como se hiciera costumbre será en sus patios.




