La central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair representó uno de los mayores proyectos de infraestructura del gobierno de Xi JinPing y una catástrofe para el Ecuador
synohidrocorporations.com
La agresiva estrategia económica en América Latina del gobierno chino es una seria amenaza para aquellos países con cuentas frágiles y poco desarrollo en infraestructura. Beijing otorgó créditos por decenas de miles de millones de dólares. Apenas ese año el desembolso fue tan tentador como abrumador para los gobernantes latinos: 35 mil millones de dólares. La pandemia frenó la «cascada» de “inversiones”.
China ha tendido la mano cada vez que un gobierno se hallaba en apuros y necesitaba aportes frescos a sus arcas. Los casos más frecuentes eran los de Venezuela y Argentina, que hasta cuentan con moneda china en sus bancos centrales
Rafael Correa, expresidente del Ecuador , en estos años ha sido otro de los hombres cercanos a Xi -y su seductora bolsa de dinero- Correa concedió de forma directa un monumental proyecto energético a una corporación china para que construyera la más grande hidroeléctrica del país: Coca Codo Sinclair. El nombre de Coca Codo Sinclair se convirtió en sinónimo de corrupción, negociados turbios, ineficiencia, materiales de baja calidad y crisis ambiental en Ecuador. En total -y más allá de la central-, el país sudamericano suma una deuda calculada en 18 mil millones de dólares con la nación asiática.
En junio de 2010 comenzaron las obras por la empresa Sinohydro Corporation, asignada a dedo por Correa que giró dinero para su construcción fue aportado por el gobierno de Correa, aunque la mayoría provino de los generosos intereses de un banco… chino: el Export-Import Bank of China. Ambas compañías asiáticas -la constructora y la entidad financiera- son estatales y responden al poder central del régimen. Beijing era al mismo tiempo acreedor y constructor de la mayor represa de Ecuador cuya deuda inicial de 1.600 millones de dólares comenzaría a engrosarse con los años.
Xi llegó en 2016 para ver cómo se pondría en funcionamiento la hidroeléctrica, el gran negocio que había concretado y lo mucho que le demandaría a la nación latinoamericana pagar su deuda. Hoy, a más de cuatro años de iniciada su marcha, opera a la mitad de su capacidad. Está en manos de la Corporación Eléctrica del Ecuador (CELEC) y ya no hay ejecutivos chinos en su directorio o gerencias.
“La Contraloría desde el 2018 ha señalado varios hallazgos que demuestran daños estructurales, Encontró 12 fallas graves en el proceso de construcción (7.648 fisuras) y deja en evidencia el riesgo de la infraestructura que costó 3 mil 200 millones de dólares
La historia de la infraestructura de dudosa calidad Made in China en América Latina reúne varios factores en común con lo sucedido en Ecuador: sus licitaciones son gestionadas por las embajadas del régimen en cada país, siempre tienen como actores protagónicos a empresas estatales, son financiadas por Beijing, están salpicadas de corrupción en todos los niveles, dejan una estela impagable en deuda y no cumplen con los contratos firmados.
CON INFORMACION: infobae.com/synohidrocorporations.com / totalnewsagencyargentina