Las afirmaciones falsas en la guerra y las sanciones de occidente a Rusia, abundan desde la invasión a Ucrania. ¿Cómo y por quién se utiliza la desinformación? / 12 meses sin exactitud, narrativas que ahora se verifican por la prensa independiente como engaños pro-rusos y pro-ucranianos.
Son múltiples los actores, gobiernos con sus cancillerías, departamentos de defensa y comunicaciones, medios estatales, influenciadores y robots fabrican y trasmiten desinformación cada vez más sofisticada con narrativas de gran consumo.
Desde el kremlin, la Unión Europea y OTAN se han difundido afirmaciones falsas que supuestamente justificaba la posición de cada bando, en ese tipo de técnica narrativa se utiliza la propaganda en la que se invierten causa y efecto, se convierte a las víctimas en victimarios y se tergiversan los hechos por completo.
La invasión y las sanciones son el foco de atención para especular y desinformar. Es claro que la invasión se generó no por una terquedad, los motivos y razones históricas están, tratados violados y acuerdos perdidos. También es claro que la crisis alimentaria del mundo no es producto de las sanciones, estas sólo «afectan o afectarán las exportaciones de alimentos no esenciales y productos agrícolas para los países en desarrollo” se cita en documento oficial UE.
La narrativa propagandística tiene titulares “la historia del llamado régimen nazi en Ucrania”, «el fantasma de Kiev» y cientos de titulares de prensa con tórridas historias con aprovechamiento de escenarios de guerra en ciudades y poblaciones de Ucrania pero también en Qatar y recién en Turquía y que se quieren presentar como evidencia.
Mercenarios pagos que asisten a las dos partes, el uso de fuerza extrema por supervivencia o crueldad con fabricadas narrativas para vender, tristes ucranianos sometidos a la guerra por y de quienes no han recibido nunca nada, o inocentes niños rusos convertidos a soldados y en los peores asesinos.
Las masacres en ambos lados obvio se suceden y cada uno se atribuye gran número de bajas y se registran imágenes de civiles en Bucha o el campamento ruso en Makíivka la noche de año viejo, entonces se encienden los medios y se silencian los críticos. Ambos mienten descaradamente.
Los ataques a edificios residenciales o el misil que traspaso a Polonia son usados como la chispa que pretende extender la hoguera. Nadie ha muerto de frio, tampoco de hambre eso si las balas cruzadas dejando un jamás conocido número de víctimas mortales.
Ni Rusia ni Ucrania proporcionan cifras creíbles. En algunos casos, los funcionarios de los gobiernos incursos, OTAN y ONU, presentan cifras posiblemente no sin motivos ocultos, las utilizan indebidamente con fines propagandísticos.
Actores de todo tipo tiene la guerra, algunos a kilómetros de distancia y en cómodos sillones posan de inteligencia suprema, adivinadores que aportan en la desinformación.
Los logros en el campo de batalla son otro estupendo teatro narrativo. hay concordancia eso si en la toma de cuatro grandes y ricas regiones que el Kremlin ha determinado liberar antes de anexar.
Las regiones liberadas, invadidas y anexadas ahora no tienen discusión las tropas rusa están allí. En esos escenarios se forjan audiovisuales falsos que van a las redes y son una realidad sin discusión, incluso algunos medios las compran, allí aparecen con logos reconocidos internacionalmente, justo en medio de macabros escenarios con testimonios reales usados sin restricción en las que cualquiera es protagonista, muy convincente minando la confianza y confusión general sobre lo que es verdad y lo que no. Toda una estafa desinformativa.
Ese socavamiento de la confianza en los informes es realmente importante porque cuanto más a menudo se repite, es más probable que se quede incrustado en la memoria de las personas. Los mediáticos sabemos que así es.