La edad se ha convertido en un arma electoral durante la campaña, en la que Biden y Trump han tratado de demostrar su fortaleza y han cuestionado el efecto que puede tener la vejez para un líder estadounidense
Biden y Trump / magnet-xataka.com
A sus 74 años y clínicamente obeso, Trump parece ansioso por demostrar su virilidad. Se enfrenta en las elecciones a un hombre mayor que él: Joe Biden, quien cumplirá 78 años en noviembre. Si gana el demócrata, batirá el récord establecido por Trump como la persona más mayor en convertirse en presidente de EEUU.
Las estadísticas contradicen la lógica de una sociedad que a menudo parece estar obsesionada con la juventud. La sed de cambio de los votantes no ha impedido que sean dos hombres blancos de más de 70 años los que se enfrenten en estas elecciones. Lo que sí ha alimentado es un debate creciente sobre si el desgaste mental y físico característicos de la vejez puede perjudicar la toma de decisiones de la persona que tiene en su poder los códigos para ordenar un ataque nuclear.
«Espero que pongan un límite de edad», dijo Jimmy Carter el año pasado en Atlanta. A sus 96 años, Carter es el expresidente más longevo de la historia de EEUU. «Si fuera 15 años más joven, es decir, si tuviera solo 80 años, no creo que pudiera asumir las responsabilidades que tuve cuando era presidente”, señaló. “Tienes que ser capaz de pasar de un tema a otro y de concentrarte bien en cada uno de ellos para luego unirlos de una manera integral».
La vejez de los nominados aumentó la importancia del reciente debate entre los candidatos a la vicepresidencia Mike Pence (61) y Kamala Harris (que cumplió 56 después del debate). A los dos les preguntaron si habían hablado con sus respectivos candidatos a la presidencia sobre una posible incapacidad. Ninguno dio una respuesta directa.
CON INFORMACION:eldiario.es/theguardian.com