Mientras los lideres de la Unión Europea fueron a un nuevo y repetitivo encuentro en medio de abrazos, risas y promesas incumplibles en Granada, España; las diferencias entre sus socios se ahondan y con ello se niegan ambientes para detener la grave crisis migratoria y la tenue ilusión de ampliar el número de socios es un sofisma. Mientras el presidente de Ucrania Volodimir Zelensky echa voladores en Ucrania y su aburrido discurso mendigante, el rio de sangre crece en su país.
La guerra seguirá y mientras se sostenga allá en Ucrania, Europa estará segura, los miedos expansionistas que Joseph Borrell ha querido vender, van cayendo por la contundencia de las cifras económicas que lo desdicen todo, ¿hasta cuándo le va a durar? La UE se bloquea así pretenda mostrar unidad, Budapest y Varsovia la han sitiado, «Nos obligan a aceptar algo que no queremos”, ¿cómo puede haber acuerdo? Es imposible”, ha sentenciado el premier húngaro Victor Orban.
Los sueños de crecer en medio del cambio geopolítico, está sembrando más dudas, el cambio de socio, Rusia por Estados Unidos ha sido dominante. Europa se sumerge en las catastróficas decisiones de sus jefes, sin iniciativas nuevas pierde cada vez su autonomía y con ello limita la competitividad productiva. Los dos temas de mayor trascendencia pasan por la industria automovilística (vehículos eléctricos) que perdió hace rato con China pese a que Úrsula von der Leyen quiso menos preciar y terminó por enterrar, y en el sostenimiento energético entregado por décadas ahora a Estados Unidos.
La UE quiere mostrarse fuerte, pero se tambalea, se agrieta. La firma del documento de Granada estará incompleta y con profundos fraccionamientos por incapacidad de cumplimiento. “La ampliación es una inversión geoestratégica en la paz, la seguridad, la estabilidad y la prosperidad” es apenas una intensión.
El presidente Enmanuel Macron intenta que se haga una exigencia de cumplimiento a las decisiones de la Unión en torno a las crisis provocadas por la guerra y la migración. Ello constituye una afrenta a las políticas y al modelo de libertades democráticas occidental. Se ha creado un clima gris para el ingreso de nuevos socios, todos económicamente pobres, sin condiciones sociales y aspirando a recibir subsidios de los más ricos que ahora también lucen pobres.
La Cumbre de aplausos, abrazos y risas de felicidad se selló con una botella de jerez estampada con las fechas del nacimiento de cada asistente, el contenido embriagará el sueño de millones de europeos que cada vez compran menos en la tienda, productos más costosos y menos dinero.