Fin a una era de liderazgo formal que comenzó con su hermano Fidel y la revolución del país en 1959.
dinamo.cl
Castro, de 89 años, hizo el anuncio en un discurso en la inauguración del octavo congreso del oficialismo, el único permitido en la isla.
Dijo que se retiraba con la sensación de haber “cumplido su misión y confiado en el futuro de la patria”.
“Nada, nada, nada me obliga a tomar esta decisión”, dijo Castro, parte de cuyo discurso ante el Congreso cerrado fue transmitido por la televisión estatal. “Mientras viva estaré listo con el pie en el estribo para defender la Patria, la revolución y el socialismo con más fuerza que nunca”.
Indicó que favorece ceder el control a Miguel Díaz-Canel, de 60 años, quien lo sucedió como presidente en 2018 y es el abanderado de una generación más joven de leales que han estado impulsando una apertura económica sin tocar el partido único de Cuba.
Por primera vez en más de seis décadas, los cubanos no tendrán a un Castro dirigiendo formalmente sus asuntos y muchos esperaban el cambio.
“Hay que hacerse a un lado por los jóvenes”, dijo la jubilada de 64 años Juana Busutil, para quien Castro “va a seguir siendo líder”.
La transición llega en un momento difícil para Cuba, con muchos en la isla ansiosos por lo que se avecina.
La pandemia del coronavirus, las dolorosas reformas financieras y las restricciones impuestas por la administración Trump han golpeado la economía, que se contrajo un 11% el año pasado como resultado del colapso del turismo y las remesas. Las largas colas de alimentos y la escasez han traído ecos del «período especial» que siguió al colapso de la Unión Soviética a principios de la década de 1990.
El descontento se ha visto alimentado por la expansión de Internet y la creciente desigualdad.
Gran parte del debate dentro de Cuba se centra en el ritmo de la reforma, y muchos se quejan de que la llamada «generación histórica» representada por Castro ha sido demasiado lenta para abrir la economía.
Díaz-Canel apretó el gatillo de un plan aprobado hace dos congresos para unificar el sistema de doble moneda de la isla, lo que generó temores de inflación. También abrió las puertas a una gama más amplia de empresas privadas, una categoría prohibida durante mucho tiempo o estrictamente restringida, que permite a los cubanos operar legalmente muchos tipos de negocios autónomos desde sus hogares.
El Partido Comunista está integrado por 700.000 activistas y, según la constitución de Cuba, tiene la tarea de dirigir los asuntos de la nación y la sociedad.